Enrique de Diego.
La entrevista de Rebecca Sommer se ha convertido en un fenómeno en internet, pero no de esos virales efímeros que funcionan de manera electrizante, sino como una ola que crece continua y va rompiendo en playas muy diversas. Rebecca Sommer: “Los ‘refugiados’ musulmanes consideran a las mujeres occidentales rameras y las cooperantes silencian los abusos que sufren” tiene ya más de 12K recomendaciones compartidas en Facebook y corre imparable por todas las redes sociales. Lejos de decrecer, su eco aumenta de manera constante.
Así que es cuestión, en tanto que fenómeno, de tratar de darle una explicación. Una, desde luego, es que llega en el momento oportuno, cuando toda Europa está despertando de una pesadilla y sacudiéndose una grosera manipulación. España tiene que apuntarse a la carrera a salir de este mal sueño. Hay otras explicaciones menos relacionadas con la temporalidad:
1. Tiene la credibilidad y la fuerza del converso. Rebecca Sommer es una activista de todas y cada una de las cruzadas de la corrección política como el cambio climático; una feminista militante que se entregó en cuerpo y alma a la política de fronteras abiertas y al welcome refugees, fundando incluso una ONG de cooperantes. Ciertamente, muchas de las conclusiones a las que llega y de sus amargas experiencias vividas se las podía haber evitado, informándose previamente, pero ha tenido la honradez de salir de la autocensura, en la que confiesa que vivió, no denunciando abusos y agresiones sexuales, y romper el silencio
2. Sus afirmaciones están sostenidas por la experiencia. Es obvio que se trata de una mujer ilustrada que se expresa con claridad y convencimiento y cuenta lo que ha vivido. Sentencias del tipo de que no son refugiados y de que son fanáticos religiosos agresivos están fundamentadas mediante una larga e intensa trayectoria. Llama, pues, a aprender en cabeza ajena.
3. Rebecca Sommer exhibe un feminismo coherente. Siempre ha luchado por los derechos de las mujeres, que ahora están gravemente en peligro por las masas de inmigrantes musulmanes, casi todos jóvenes que consideran a las mujeres occidentales rameras, a las que pueden violar y de hecho las violaciones han aumentado por toda Europa de manera exponencial, con hechos tan terribles como la Nochevieja de Colonia. Por estos lares, quedan auténticas tarugas como la estulta dirigente de Bildu, Irantzu Varela, quien, en abril de 2.018, escribió en su twitter que “no nos defendemos de violaciones de inmigrantes, contra el hombre blanco solamente”. Esto no es una provocación, es una completa estupidez, y éste tipo de gentes deben desaparecer de la vida pública.
4. El lenguaje progresista. Rebecca Sommer utiliza el lenguaje progresista. Es uno de ellos, que ahora considera lo mejor emigrar a Polonia porque ve a Alemania inviable, e invivible para una mujer occidental. El diagnóstico es tremendo. Así que sus reflexiones resultan especialmente inteligibles para personas que han sido adoctrinadas y engañadas en los falsarios clichés de la genocida corrección política. La entrevista puede hacer mucho bien a amigos y familiares que han vivido en el engaño y que se encuentran en peligro cierto.
Rebecca Sommer les ayuda a salir de las jaulas mentales en las que ella estuvo y en las que permanecen todavía muchas personas. Es por eso por lo que cada día más gente lee y difunde la entrevista. Porque es un texto que está haciendo mucho bien y que va a ayudar mucho a cambiar el mundo, y especialmente España, en una hora decisiva del devenir humano.
http://ramblalibre.com/2018/06/27/rebecca-sommer-los-refugiados-musulmanes-consideran-a-las-mujeres-occidentales-rameras-y-las-cooperantes-silencian-los-abusos-que-sufren/