Miguel Sempere.
Pedro Sánchez se ha sumado a la tesis de Emmanuel Macron de establecer lugares de desembarco en el interior de Europa. Sánchez, que miente más que habla, en su curriculum, comprometiéndose a adelantar elecciones, ha presentado los Centros de Internamiento de Extrenjeros, CIE, como una experiencia exitosa en esa línea. Nada más lejos de la realidad. Y conviene que nadie se llame a engaño ni aquí ni en Europa.
1.- Los CIE son un completo fracaso. Sus instalaciones son deficientes, su historial está lleno de conflictos. Realmente, sólo son utilizados para internar -un máximo de 60 días- a los extranjeros que han cumplido condena y van a ser deportados.
2.- España, de hecho, no expulsa a nadie. Concretamente, los «subsaharianos», término en el que se incluyen todos los inmigrantes ilegales de raza negra, vienen sin documentación alguna, no informan sobre su nacionalidad, de forma que no pueden ser expulsados.
3.- Lo que se hace es ponerles en la calle, tras detenerlos retóricamente, y tomarles las huellas dactilares.
4.- Eso sí, una buena parte de esos ‘subsaharianos’, que vienen de países de la francofonía, marchan hacia Francia, y concretamente hacia París.
5.- Los que se quedan se suman a las redes del top manta o del narcotráfico, especialmente heroína.
En suma: no tenemos nada que enseñar en políticas de inmigración porque no las tenemos. Somos un completo coladero. Los supuestos campos de tránsito -«cerrados», según Macron- no han servido para nada. Hay que defender las fronteras.