Enrique de Diego.
Según la encuesta de La Vanguardia entre sus lectores, el 64,36% de ellos están a favor de que el Aquarius venga a España, concretamente a Valencia, mientras el 34,92% están en contra y el 0,72% no sabe, no contesta. Teniendo en cuenta que el público de La Vanguardia es mayoritariamente separatista e instalado en esa estupidez irrestricta de la corrección política, estamos ante un suelo de los que están en contra, cuyo porcentaje en el conjunto de la nación ha de ser bastante más elevado.
Ese 64,36% que está a favor puede ser votante de PdeCat, Esquerra Republicana o la CUP, partidos todos ellos favorables a la medida, también pueden ser votantes de PSOE, Podemos, Ciudadanos o Partido Popular, que son todos ellos partidos que se muestran a favor de una política migratoria tolerante, de puertas abiertas. De hecho, ninguno ha hecho la más mínima crítica a la decisión del Gobierno.
La cuestión es que ese 34,92% de lectores de La Vanguardia que están en contra de que el Aquarius arribe a las costas españolas no está representado. No hay ni un solo diputado que represente esa opinión a pesar de que es un porcentaje de por sí elevado, 34,92%. Lo lógico es que hubiera el 34,92% de diputados en esa línea. Vox ha sido el único partido que ha considerado que Matteo Salvini está defendiendo a su gente, que la política correcta en inmigración es la Italia, Hungría, Austria, Polonia, República Checa, Eslovenia…y que el efecto llamada lanzado por Pedro Sánchez provocará una catástrofe humanitaria en el Mediterráneo y en las vallas de Ceuta y Melilla. Sus expectativas de cara a las elecciones europeas se sitúan, por tanto, en un mínimo del 34,92%. Es sólo cuestión de visibilidad.