Miguel Sempere.
Es notorio que para ser ministro de Defensa no es preciso haber hecho el servicio militar, ni haber tenido relación alguna con la defensa, ni tener la más remota idea de geoestrategia. Vemos que en todos los países, el ministro de Defensa suele saber bastante de la materia, pero en esta España de opereta eso no se tiene en cuenta, porque aquí cualquier política vale para un roto y para un descosido. Margarita Robles sigue esa tradición de dudosa consistencia y de grave irresponsabilidad de ministra de Defensa sin la más mínima experiencia en tan delicada y fundamental materia.
Margarita Robles es, fuera de la política, una jueza y una pésima jueza. En su historial hay errores descomunales y horrores espeluznantes. Margarita Robles tiene en su curriculum uno de los errores más clamorosos de la Judicatura española. En 1.991 condenó a Ahmed Tommouhi y Abderrazak Mounib a 15 años de cárcel por violaciones que nunca cometieron. El 11 de noviembre de 1.991, Ahmed fue detenido en la pensión Terrassa de Barcelona donde llevaba pernoctando dos noches. Natural de Nador, se ganaba la vida como albañil. Ahmed no entendió nada. A Abderrazak no le conocía de nada y, sin embargo, Margarita Robles les situó como compinches de violaciones. La instrucción y el juicio fueron desastres llenos de prejuicios y negligencias estrepitosas. Sobre Ahmed y Abderrazak se encadenaron cinco condenas.
Ahmed cumplió íntegra su condena. Abderrazak murió en la cárcel. Dos víctimas de la incompetencia de Margarita Robles. En 1.995 se produjo una nueva oleada de violaciones con el mismo modus operandi de las sucedidas en 1.991 y fue detenido el agresor Antonio García Carbonell. En 1.997 la prueba de ADN de uno de los casos por los que habían sido condenados Ahmed y Abderrazak demostró que el autor también había sido García Carbonell.
El sistema judicial se dedicó a tapar el error de Margarita Robles pues como la legislación española establece que para abrir un caso se necesitan nuevas pruebas en las otras condenas no había restos orgánicos para la prueba de ADN y con la certeza de su inocencia se mantuvo en prisión a los inocentes. El ministro Juan Fernando López Aguilar denegó el indulto porque el Gobierno no se lo iba a dar a un violador. Luego, López Aguilar sería denunciado por violencia de género.
En 1.987, Clara Reinoso tenia quince años recién cumplidos cuando se despertó de un extraño parto y la ginecóloga, Victoria López Rodó, le mintió diciendo que había dado a luz un varón y que había nacido muerto. En el año 2.013, Marina Estivill se presentó en los servicios de la Generalitat buscando a su madre biológica que resultó ser Clara Reinoso. Cuando fue víctima de tan terrible engaño y se la despojó de su hija y de su dignidad estaba bajo la tutela de Margarita Robles, quien es completamente responsable de este horror. Una trama de sonoros apellidos de la burguesía catalana urdió un plan para que la pareja Jordi Estevill y Cristina Rimbau se hiciera con un bebé en adopción. Actuaron de mediadores los abogados Teresa Cervelló e Ignasi de Gispert, hermano de Nuria de Gispert, expresidenta del Parlament catalán. Estos hablaron de una adolescente que estaba en una residencia, Casa Jove, para madres solteras. Se pagó dinero en la transacción. Margarita Robles tutelaba a Clara Reinoso. Nada se pudo hacer sin su conocimiento y consentimiento. Su firma aparece en el documento en que se pone en la calle, en las peores condiciones posibles, a Clara Reinoso. Margarita Robles nunca ha querido aclarar este caso, sobre el que debe caer el escrutinio clarificador del Congreso de los Diputados.
Ésta es la socialista en cuyas manos se ha puesto la Defensa de España con el Centro Nacional de Inteligencia, después de haber exigido un superministerio de Justicia e Interior.