
Miguel Sempere.
Uno de los efectos colaterales de la sedición catalana protagonizada por Carles Puigdemont y su equipo, buena parte de él huido a Bruselas, está siendo, junto a la salida de más de 1.800 empresas, la restricción de créditos en Cataluña. Fuentes solventes del sector financiero informan a Rambla Libre que todas las instituciones financieras han comenzado a seguir esa política, porque consideran que la economía catalana irá mal y el riesgo de morosidad es elevado. Economistas de prestigio indican a Rambla Libre que se trata de una profecía autocumplida: se espera que las cosas vayan mal y las medidas favorecen que sea así.