Enrique de Diego
Mariano Rajoy y su Gobierno han esperado a que pasaran las elecciones para meter la mano en la hucha de las pensiones y coger 8.700 millones para pagar la extraordinaria. Un movimiento táctico que para algunos será inteligente, pero que es un desastre estratégico a casi corto plazo: finales de 2017. El Estado de bienestar está en quiebra y necesita reformas urgentes o se caerá encima de todos con estrépito.
Los 8.700 millones sacados del Fondo de Reserva de la Seguridad Social son la mayor disposición sacada hasta ahora. En la legislatura de Mariano Rajoy son más de 55.000 millones los retirados de la hucha. La secuencia es que lo que se recauda da para pagar las mensualidades, pero no las extraordinarias. Ahora mismo quedan poco más de 25.000 millones, así que da para tres sacas: finales de 2017.
El socialista Pedro Saura ha criticado a Rajoy por hacer «trampas». «Rajoy ha engañado y mentido a los españoles y ha preferido hablar del miedo, ocultando que iba a haber este hachazo». Más grave que la mentira es cómo están las cuentas públicas en relación con el Sistema Público de Pensiones. Podemos y Ciudadanos se han sumado a las críticas. Las alarmas han saltado todas a la vez. La situación es sumamente grave.
La diputada del PP, Carolina España ha acusado al PSOE de hacer “campaña de miedo” y ha reiterado que las pensiones «están aseguradas con el PP, por ley, para que nadie pueda volver a congelarlas». Y ha explicado que la clave para la sostenibilidad del sistema «es el empleo. Por eso mejor ahora que se crean 1.500 empleos al día, que con el gobierno del PSOE que se destruían 1.400 empleos al día».
Habrá que sacar dinero de los Presupuestos Generales del Estado
En efecto, las pensiones están asegurada por Ley, pero el Fondo de Reserva se agota. Eso significa que habrá que sacar dinero de los Presupuestos Generales del Estado, una partida presupuestaria específica. Esa es la solución directa, al margen de cualquier reforma, que no está en el debate, porque las pensiones de reparto todos los partidos las consideran intocables.
Es decir, para pagar las pensiones habrá que recortar de otros sitios. “Del gasto idiota”, como me dice un amigo economista avezado. Habrá que plantearse si podemos permitirnos las Diputaciones y las autonomías, a un tiempo; si podemos seguir sufragando tanto organismo duplicado e inútil; y tanto privilegio de la casta. Pero en eso del “gasto idiota” –asesores mil- no se ha entrado nada, sino que se ha incrementado el gasto en altos cargos. Los políticos recortan a los ciudadanos pero no se recortan ellos; tiene una lógica terrible.
También es cierto que es fundamental para mantener las pensiones incrementar el empleo, lo que sube la recaudación y hace descender el gasto en subsidios de desempleo, pero ya se ve que no es suficiente el ritmo actual: no da para pagar las extraordinarias.
Cada español debe 23.188 euros
Además, la deuda es ya muy elevada, aunque en abril bajó en 16.552 millones, representa el 98,99 del PIB, 1.095.358 millones de euros. El año pasado creció 1.050 euros por habitante, de modo que cada español debe la cantidad de 23.188 euros.
Lo que está inflado en España es el sector político. Casi todos nuestros problemas, económicos, se resolverían suprimiendo las autonomías. Un sistema muy interesante, sin duda, pero no hay quien lo mantenga, con 18 gobiernos y 19 parlamentos en un territorio pequeño tirando a medio. La cuestión es que de eso viven los políticos y sus familias, y a los ciudadanos sólo les queda ir al INEM y temblar por las pensiones, de las que viven los pensionistas y mucha parentela.
De todo esto, del mundo real, no se ha hablado en la campaña, donde todo se refiere a mensajes que parecen destinados a indigentes mentales de derecha o de izquierda, de hooligans que no quieren ver la realidad, ni que se les diga.
Hay que crear empleo y hay que reducir gasto, mucho gasto. Ese gasto idiota, pero, claro, los idiotas del gasto son políticos o sus familiares. Las cosas no pintan bien.