AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


Carta abierta a Elsa Martínez, para que dé explicaciones

Redacción




Enrique de Diego.

En fechas recientes, tuve el honor de compartir mesa y mantel con preclaros profesionales alicantinos en un acalorado almuerzo (no funcionaba el aire acondicionado en el ferragosto alicantino) en el que aleteó un lamento fértil por el ninguneo y la discriminación a Alicante. Queríamos mostrar nuestro apoyo humano a Francisco Maestre por haberse atrevido a ejercer la democracia interna contra una estructura partidaria.

Colgada la foto del grupo en facebook a Elsa Martínez, exdirectora de la quebrada Ciudad de la Luz, no le ha gustado nada y se ha puesto a mandar mensajes a troche y moche por facebook, que es el ágora moderna, lamentando que se sentaran conmigo, pues «yo siempre he creído que sois buenas personas!», aunque seguro que no es cierto.

No voy a contestar a tus improperios, Elsa, porque no tengo que darte explicaciones y menos a insinuaciones infundadas y maliciosas. Siempre he trabajado en el sector privado y en La Prensa de la provincia de Alicante -etapa de la que me siento muy orgulloso- perdí lo invertido, honradamente ganado. Tú has perdido, a manos llenas, el dinero de los contribuyentes. Incluso fuiste acusada de darte contratos a ti misma. Eres de ese selecto grupo que ha hundido a España y por poner, con tanto despilfarro y tanta inutilidad gestora, habéis puesto en peligro las pensiones, amén de hurtar el futuro a los jóvenes.

Permíteme que te diga que los acentos y los signos de puntuación no son prescindibles, sino que están para hacer legibles los textos y no tan farragosos como los tuyos; seis líneas insufribles. En admiración, primero se abre y luego se cierra. Es tan garbancero tu estilo que debería haberte inhabilitado para cualquier puesto público, y eso nos habríamos ahorrado los contribuyentes.

«Lo han hechado», madre mía

Si bien tú estilo ofende de continuo al idioma de Cervantes, el agravio se eleva a hiriente cuando afirmas que «lo han hechado«. Ni a mí, ni a nadie, «lo han echado» de ningún sitio. Es echado, Elsa, echado, sin hache. ¡Ojalá te hubieran echado a ti en la mala hora en que desembarcaste en la Ciudad de la Luz, tornada en ciudad de las tinieblas presupuestarias!

NO TE LO PIERDAS:   Juppé rechaza ser candidato y echa abajo el golpe de Sarkozy

Escribes: «un personaje que llama putas a las mujeres que hemos y somos cargos públicos del pp por el hecho de haber trabajado con un señor como la copa de un pino como Gerardo Camps!». Lo de «hemos y somos» no se entiende, debe faltar «sido«. Quedaría: «hemos sido y somos«. Empero, tú ya no eres, que se sepa, así que lo correcto es: «hemos sido». En cuanto al fondo, nunca he llamado puta a ninguna mujer, ni del PP ni del popó. Ni lo digo ni lo pienso. Tengo en la más alta estima a toda mujer. Así he sido educado. Y tampoco juzgo a aquellas que se hayan visto obligadas a ejercer el oficio más viejo del mundo porque no conozco sus circunstancias. Ni voy a aducir el adagio latino de «excusatio non petita, acusatio manifiesta«.

Elsa Martínez, estrellada de la Ciudad de la Luz.

No tengo más que elogios para Gerardo Camps y sus conocidos esfuerzos por promocionar a las mujeres del Partido Popular, en las que atisbaba condiciones. En eso seguía el ejemplo paradigmático de Eduardo Zaplana. Muy difícil de igualar.

Gerardo Camps debe dar explicaciones de sus pantagruélicas comidas con cargo al Presupuesto

Sí considero que Gerardo Camps debería dar explicaciones y muchas respecto a su compulsiva costumbre de yantar a dos carrillos con cargo al contribuyente, denunciada por Mónica Oltra quien, sin embargo, no acudió con la montaña de facturas del gourmet a los tribunales, como debía.

Y tú, Elsa, no estás para pedir explicaciones sino para darlas. Las primeras se refieren a la legitimidad de origen. ¿Qué méritos concurrían en ti para ponerte al frente de la Ciudad de la Luz? ¿Qué producción cinematográfica te precedía? ¿Qué películas habías protagonizado, producido o realizado? ¿Qué conocimientos te asistían del sector? ¿Qué proyectos empresariales habías puesto en marcha antes de tomar el timón de la Ciudad de la Luz, la presunta Cine Cittá alicantina? ¿Qué multinacionales habías gestionado con anterioridad? ¿Qué experiencia tenías que pudiera asegurar llevar a buen puerto la nave? ¿Que vio en ti, Gerardo Camps? Y a la legitimidad de ejercicio: ¿cómo montaste un agujero tan monstruoso que escandaliza hasta a Bruselas? ¿no sabes que hay una lista de ingresos y otra de gastos y que sólo aumentaba esta última?

NO TE LO PIERDAS:   Ataques a las televisiones británicas

En mi modesta opinión, estarías mejor, Elsa, mucho mejor callada. La Ciudad de la Luz está ahí cerrada como monumento a la inutilidad y al despilfarro. Montaste un agujero de 455 millones que asombra a Europa. Subvencionabas películas para que las rodaran aquí: pagabas en vez de hacer negocio, inútil proteica. Debe haber una Ley de Responsabilidades Políticas para que el mal gestor -y tú has sido nefasta- sea multado. Pues, en otro caso, se produce lo que la doctrina conoce como el «riesgo moral»: los que vienen, a la vista de que no pasa nada, inciden y aún aumentan el error.

Lo curioso es que, con patética osadía, te atrevas aún a decir con quién y con quién no deben comer unos y otros, cuando se lo pagan de su bolsillo. Me queda la duda de si el jaleo es inducido, dada la infinita torpeza del ataquillo. Te anuncio que nos hemos constituido en Sociedad Gastronómica El Postiguet y ya hay cola de aspirantes a nuevos socios.

No te van a dar nada, Elsa, por muchos méritos que hagas. Como escribes tan mal, haces imputaciones de delito que es un presunto ilícito penal de injurias y calumnias.

Termino: Perteneces, Elsa, a un PP de un pasado oscuro, al que nadie quiere volver y del que es preciso poner tierra de por medio. En términos políticos, eres una momia. Fuiste un alto cargo del PP y tú gestión fue nefasta en grado superlativo o nefasta, parafraseándote, como la copa de un pino. Fuiste…no eres.