Luis Bru
Telefónica es uno de los núcleos duros de la casta. Sigue un esquema fijo bipartidista de compra de voluntades: contrata a un dirigente del PP o a uno del PSOE o a un familiar de un dirigente del PP o del PSOE. Siempre es a departamentos no especializados o genéricos, pero con suculentos sueldos.
En 2012, Telefónica ‘fichó’ a Paloma Villa, pareja de Eduardo Madina, para el Departamento de Relaciones Exteriores. Paloma Villa había tenido una carrera como funcionaria o colocada del partido. Primero como asesora del grupo parlamentario socialista en la Eurocámara y luego en el gabinete del Ministerio de Asuntos Exteriores, con Trinidad Jiménez.
Cuando la contrató Telefónica llevaba cinco meses en el paro. Al mismo tiempo, Telefónica fichó para el Departamento de Asuntos Jurídicos al esposo de Soraya Saénz de Santamaría. El PSOE adujo, en el caso de Paloma Villa, que “Eduardo Madina no ha tenido nada que ver sino que ha sido la empresa la que la ha buscado”. Vaya, ¡qué casualidad!
Ahora hay que atar todavía más al PSOE a los intereses de la casta y esa es la estrategia evidente de Susana Díaz, así que su primera batalla para descabalgar a Pedro Sánchez –orden de Felipe González– va a ser proponer como portavoz parlamentario a Eduardo Madina, que ha entrado con el escaño número 7 por Madrid- en sustitución de Antonio Hernando. Las fuerzas de las agrupaciones parecen igualadas para esta primera batalla.