Miguel Bernad Remón. Jurista. Secretario General de Manos Limpias.
Con motivo de los 40 años de las primeras elecciones democráticas, se nos ha querido transmitir a la sociedad española que nos encontramos en un país maravilloso, de respeto a la Ley, de funcionamiento correcto de las Instituciones, y que gozamos de un régimen de derechos y libertades de plena garantía.
La verdadera realidad es bien otra, pues tenemos una falsa y perversa democracia, sustentada por un régimen corrupto.
Esta falsa y perversa democracia:
1º. – Nos ha traído una evidente desigualdad de los españoles ante la Ley, según se resida en una u otra comunidad autónoma.
2º. – Nos ha traído la existencia de 200 varas de medir de una “justicia” que está totalmente desacreditada.
3º. – Nos ha traído la muerte del principio universal en los verdaderos sistemas democráticos, de separación de poderes.
4º. – Nos ha traído la corrupción generalizada de las Instituciones del Estado, de los agentes sociales (patronal y sindicatos), y del sector financiero y bancario.
5º. – Nos ha traído el mayor índice de paro de la historia y el mayor de toda la Unión Europea.
6º. – Nos ha traído la pérdida del poder adquisitivo de los jubilados.
7º. – Nos ha traído los privilegios de los políticos (con dos legislaturas perciben la pensión máxima, cobran el 80% de su retribución anterior durante los dos años posteriores a su cese, consolidan el complemente de alto cargo en su nómina de forma vitalicia, etc.).
8º. – Nos ha traído la degradación moral, con la pérdida de los valores esenciales.
9º. – Nos ha traído el saqueo de las Administraciones Públicas, incluida la hucha de las pensiones, que prácticamente ya está sin fondos.
10ª. – Nos ha traído la deriva secesionista e independentista, que además de producir una fractura social, ha puesto en gravísimo riesgo la unidad de España.
Los tres pilares básicos del estado de bienestar, la sanidad, la educación y las prestaciones sociales restantes, han sufrido una profunda regresión, con fines distintos y desconcierto en su aplicación.
Esta es la verdadera cara de esta democracia que el régimen corrupto trata de tapar y por el contrario hacer creer a la sociedad que estamos y disfrutamos de un auténtico Estado de Derecho, que se respeta la Ley, que las Instituciones funcionan y que el régimen de derechos y libertades es óptimo.