Miguel Sempere
Susana Díaz tenía una hoja de ruta prevista y la ha puesto en marcha: pasa por darle el poder a Mariano Rajoy y acceder ella a la secretaría general, segándole la hierba a Pedro Sánchez. Esta ignorante proteica ni se ha estudiado someramente los resultados electorales y no ha caído en la cuenta de que ella es una de las principales derrotadas y Pedro Sánchez, el principal ganador.
RL ya avisó en una información titulada “Tongo” que Susana Díaz, a las órdenes de Felipe González, el amo del cortijo socialista, había pactado con Rajoy apoyarle en la investidura. Susana Díaz necesita presentar a Pedro Sánchez como un fracasado, cortarle las alas, y pugnar por la secretaría general, incluso antes del preceptivo Congreso.
El fracaso se ha producido precisamente en Sevilla
Todo este esquema mental, muy romo, nada tiene que ver con los datos reales. Donde ha fracasado realmente el PSOE ha sido precisamente en Andalucía, donde ha bajado 2 escaños, casi, por tanto, la mitad de los que ha descendido, 5, en toda España. En Andalucía sí ha habido sorpasso: Susana Díaz ha sido sorpasada por el PP que ha ascendido a 23 escaños (21 en el 20 D) mientras el PSOE ha descendido a 20 (22 en el 20 D). Susana Díaz lo arregla diciendo que no han sido unas elecciones generales, que ella no era candidata, aunque en otras ocasiones personaliza los resultados diciendo que “me he dejado la piel”. No se entera de nada. En la misma frase, sin modificar la sonrisa impostada, expresa cuestiones totalmente contradictorias. “Éstas han sido unas elecciones generales, los ciudadanos han votado en esa clave y la derrota del PSOE se produce en toda España. No he sido la candidata, pero me he dejado la piel como si lo fuera, he trabajado como la que más por mi partido y por mi país», ha defendido. Aunque da toda la impresión de ser incapaz de ello, Susana Díaz está para hacer una seria y sensata autocrítica.
Pedro Sánchez, en Madrid, su circunscripción, ha cosechado un diputado más y ha ascendido al pódium, aunque sea a la tercera posición. No sólo ha tenido que afrontar a Podemos –y al vendaval de viento en contra de las encuestas- sino a una coalición con IU, que, en principio, por la concentración de voto iba a resultar primada y se hacía mucho más temible.
Una lacaya de Felipe González
El problema de Susana Díaz es que ha hecho de la política su profesión y es una criatura del felipismo andaluz, su cara amable y sonriente, pero que ha de actuar al dictado. Hija de un fontanero del Ayuntamiento de Sevilla y de un ama de casa, con tres hermanas, una familia muy sevillana, del barrio de Triana, bética, católica: Susana fue catequista. Se afilió a las Juventudes Socialistas a los 17 años y desde ahí fue haciendo carrera dentro del partido. Tardó diez años en terminar la carrera de Derecho. Fue concejala del Ayuntamiento de Sevilla en 1999 y desde ahí siguió ascendiendo, siempre con el apoyo del aparato felipista, hasta ser Consejera de Presidencia e Igualdad con Griñán. Ante la crisis desatada por los procedimientos de MercaSevilla, los EREs y los cursos de formación, que implicaban a Manuel Chaves y a José Antonio Griñán, el PSOE andaluz, dominado por Felipe González, buscó una cara nueva y ahí estaba la fiel Susana Díaz.
Iniciado el ataque en la misma noche electoral
Fuentes cercanas a Susana Díaz señalan a RL que nunca improvisa, que siempre lee lo que le dan escrito. Y en la noche electoral ya apuntó a que los electores habían mandado “a la oposición” al PSOE. Valoración estúpida que desconoce el funcionamiento de nuestro sistema electoral, que es indirecto. Es notoriamente Susana Díaz la que quiere pasar a la oposición al PSOE, acabando políticamente con Pedro Sánchez de paso. Es una estrategia alocada -de una política que no da la talla y que Despeñaperros para arriba no tiene ninguna posibilidad- en la que se nota mucho la autoría de Felipe González, en una conspiración con los “barones”, de los ya ha roto el extremeño Guillermo Fernández Vara y en la que siempre ha estado Emiliano García-Page.
La ignorante proteica de Susana Díaz ha cogido carrerilla y no va a cambiar de senda aunque es un análisis predeterminado que nada tiene que ver con los resultados reales. «No hemos entrado a valorar los escenarios postelectorales, pero parece evidente que, sin con 90 escaños no fuimos capaces de formar Gobierno, pues con 85 nos han mandado a la oposición. Y tenemos que ser coherentes y ver por qué después de tanto daño, los ciudadanos le han dado más votos al PP», ha insistido.
Y este mismo martes en la Cadena Ser ha vuelto a incidir en su error de conspiradora frustrada. «No se puede poner la responsabilidad de formar gobierno en hombros del PSOE. Con 85 escaños no hay dudas: nos han mandado a la oposición. No seré yo quien enmiende la voluntad de los ciudadanos el pasado domingo».
Con frases y palabras aparentemente grandilocuentes, pero groseramente manidas, Susana Díaz se refiere, incluso, a la reconstrucción del PSOE, como si Pedro Sánchez lo hubiera llevado a un hundimiento irreversible cuando, en propiedad, lo ha salvado. Para la ignorante proteica, «este país merece que el PSOE se reconstruya, se levante y vuelva a ser un proyecto mayoritario que le ofrezca a este país un gobierno distinto, alternativo, que sea capaz de recuperar derechos, de situar a España en el contexto europeo y en el mundo, que garantice la cohesión territorial y, sobre todo, la recuperación social de quienes tanto han sufrido».
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