El pozo sin fondo del fútbol lésbico ha parasitado al masculino para sostener algo politizado, carente de valor. El Atlético de Madrid se ha cansado de su equipo femenino, al que ha situado como una de sus últimas prioridades a la hora de repartir campos en la ciudad deportiva. El club de Enrique Cerezo está reduciendo su inversión en el equipo lésbico, al que apenas acuden espectadores a verlo.