En 2025, las calles están tomadas por un fenómeno curioso: las mujeres han convertido las zapatillas Nike Air Pegasus, un modelo diseñado originalmente para correr, en un imprescindible de la moda urbana. Este calzado, de mediados de los noventa, ha trascendido su propósito deportivo para convertirse en un supuesto símbolo de estilo, a pesar de su tecnología desfasada y un precio que supera los 100 euros. ¿Qué explica esta fiebre por unas zapatillas que, en teoría, ya no están en la vanguardia del running?
Las Nike Air Pegasus, lanzadas en su versión renovada en el año 2000 bajo el diseño de Sean McDowell, fueron en su momento un hito en el mundo del running. Con su unidad Air en la entresuela, espuma Phylon para una amortiguación equilibrada y una suela de goma BRS 1000 con diseño waffle, ofrecían una combinación de comodidad, ligereza y durabilidad que conquistó a corredores como Eliud Kipchoge. Sin embargo, la tecnología de estas zapatillas, aunque fiable, no ha evolucionado al ritmo de los últimos modelos de Nike, como las Vomero o las Alphafly, que incorporan espumas ZoomX o ReactX con mayor retorno de energía. Las Pegasus, con su malla transpirable y su amortiguación Air Zoom, son hoy consideradas «clásicas» en el ámbito deportivo, superadas por innovaciones más recientes.
Pese a esto, las mujeres han encontrado en las Pegasus un atractivo que va más allá de la pista. Las Pegasus se ven en todas partes: en cafeterías, oficinas y paseos por la ciudad. Los modelos femeninos, disponibles en tonos como rosa, azul o blanco, se venden a precios que oscilan entre los 100 y los 180 euros, dependiendo de la edición (como la Pegasus 41 o la Pegasus Trail 5 con GORE-TEX). Este coste elevado no parece disuadir a las compradoras.
Pero esta tendencia no está exenta de críticas. Algunos expertos en running señalan que las mujeres están pagando un sobreprecio por un calzado que no aprovecha las últimas innovaciones tecnológicas. La mediasuela de las Pegasus 41, por ejemplo, utiliza espuma ReactX, que mejora el retorno de energía en un 13% respecto a modelos anteriores, pero sigue sin alcanzar el rendimiento de materiales como el ZoomX, presente en zapatillas de élite. Además, su diseño, aunque versátil, no está optimizado para las demandas de la moda urbana en términos de durabilidad frente al desgaste diario en asfalto o entornos no deportivos. «¿Por qué pagar más de 100 euros por unas zapatillas de running de hace dos décadas cuando hay opciones más avanzadas o más baratas para el día a día?», se preguntan algunos en foros especializados.
La respuesta parece estar en la cultura del hype y la nostalgia. Las Pegasus, con su legado de más de 30 años, evocan una época en la que Nike consolidó su dominio en el mercado del running. Su relanzamiento en los 2000, con un enfoque en la funcionalidad y un diseño atemporal, las ha convertido en un objeto de culto, especialmente entre las generaciones más jóvenes que buscan conectar con la estética retro. Las mujeres, en particular, han abrazado esta tendencia, impulsada por influencers y redes sociales, donde las Pegasus aparecen como el calzado perfecto para combinar comodidad y estilo sin sacrificar la autenticidad.