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Comer kebab, un riesgo mayor de diarrea por el apagón

Redacción




El apagón masivo que afectó a España y Portugal el 28 de abril de 2025, considerado uno de los peores en la historia reciente de Europa, ha dejado tras de sí un problema sanitario potencialmente grave: el riesgo de intoxicaciones alimentarias derivadas del consumo de kebabs cuya carne pudo haberse descongelado durante la interrupción eléctrica. La falta de refrigeración en numerosos establecimientos, combinada con la popularidad de este alimento en todo el país, ha encendido las alarmas entre autoridades sanitarias y consumidores, generando un debate sobre la seguridad alimentaria en la restauración rápida.
El impacto del apagón en la cadena de frío
El apagón, que comenzó alrededor de las 12:30 del mediodía del lunes y afectó a millones de personas en la Península Ibérica, paralizó sistemas de transporte, comunicaciones y, crucialmente, la refrigeración en comercios y restaurantes. Según Red Eléctrica Española (REE), la pérdida de 15 gigavatios de energía en cinco segundos provocó un colapso que dejó sin electricidad a grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla y Lisboa durante varias horas, con algunas zonas esperando hasta 18 horas para recuperar el suministro.
En el sector de la restauración, los kebabs, un alimento omnipresente en España con más de 20,000 locales según estimaciones del sector, dependen de la conservación adecuada de la carne, generalmente pollo, cordero o ternera, que se almacena congelada o refrigerada antes de ser cocinada en los característicos asadores verticales. La interrupción prolongada de la electricidad comprometió la cadena de frío en muchos establecimientos, especialmente en pequeños negocios que carecen de generadores de respaldo.
Juan Muñoz, un comerciante de Madrid entrevistado por Euronews, describió cómo trasladó toda su carne a un frigorífico cerrado para preservar la temperatura, pero expresó preocupación por la duración del apagón: “Si dura varias horas, el pollo se echará a perder”. Este testimonio refleja la situación de miles de locales que enfrentaron el riesgo de que la carne se descongelara, alcanzando temperaturas superiores a los 4°C, el límite seguro para evitar la proliferación bacteriana.
Riesgos sanitarios asociados a la carne descongelada
Según el Centro para la Ciencia en el Interés Público, los alimentos perecederos, como la carne, no deben permanecer por encima de los 4°C durante más de dos horas, ya que esto favorece el crecimiento de bacterias como Salmonella, Escherichia coli y Listeria monocytogenes. En el caso de los kebabs, la carne cruda o parcialmente cocinada es particularmente vulnerable, ya que el proceso de asado no siempre elimina por completo las bacterias si estas se han multiplicado previamente.
El doctor Javier Aranceta, presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, advirtió que “la carne descongelada y re-congelada sin control puede convertirse en un caldo de cultivo para patógenos. Si no se desecha y se utiliza en kebabs, el riesgo de intoxicaciones alimentarias es elevado”. Los síntomas de estas intoxicaciones incluyen náuseas, vómitos, diarrea y, en casos graves, complicaciones como insuficiencia renal o infecciones sistémicas, especialmente en niños, ancianos y personas inmunodeprimidas.
Un factor adicional de preocupación es la práctica común en algunos locales de reutilizar carne sobrante de un día para otro. Si esta carne ya estaba comprometida por el apagón, el riesgo se multiplica. En redes sociales como X, usuarios han expresado inquietud, con comentarios como: “¿Quién se fía ahora de un kebab? Nadie sabe cuánto tiempo estuvo la carne sin frío”.
Respuesta de las autoridades y del sector
El Ministerio de Sanidad español, en coordinación con las autoridades autonómicas, ha intensificado las inspecciones sanitarias en restaurantes de comida rápida tras el apagón. En un comunicado, el ministerio instó a los propietarios a desechar cualquier carne que pudiera haber estado expuesta a temperaturas inseguras y a reforzar los controles de higiene. Sin embargo, la magnitud del problema plantea desafíos logísticos, ya que no todos los locales cuentan con registros precisos de temperatura o personal capacitado para evaluar el estado de los alimentos.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha emitido una alerta recomendando a los consumidores evitar el consumo de kebabs en establecimientos que no puedan garantizar la integridad de la cadena de frío. Además, se han reportado casos de locales en Madrid y Barcelona que continuaron operando con generadores, pero muchos otros, especialmente en zonas rurales o pequeñas ciudades, carecían de esta infraestructura.
El sector de la restauración, por su parte, enfrenta pérdidas económicas significativas. Christian Rosa, propietario de una heladería en Madrid, estimó pérdidas de 500 euros en productos perecederos, un escenario que se repite en los locales de kebabs. Algunos propietarios han optado por desechar la carne afectada, pero otros, presionados por los márgenes ajustados del negocio, podrían haber intentado reutilizarla, según denuncias en redes sociales.
Impacto social y recomendaciones
El apagón ha generado una crisis de confianza en la comida rápida, un sector que en España genera millones de euros anuales. Los kebabs, por su precio asequible y accesibilidad, son especialmente populares entre jóvenes y comunidades inmigrantes, lo que amplifica el impacto potencial de cualquier brote de intoxicaciones. En Sevilla, un usuario de X describió la situación como “un caos total, con gente comprando en supermercados con generadores mientras los kebabs cerraban por miedo a servir comida en mal estado”.
Para minimizar riesgos, los expertos recomiendan a los consumidores:
  • Verificar la higiene del local: Evitar establecimientos con olores extraños o condiciones poco higiénicas.
  • Preguntar sobre la carne: Solicitar información sobre el almacenamiento durante el apagón, aunque la respuesta no siempre sea fiable.
  • Optar por alternativas seguras: Preferir alimentos cocinados a alta temperatura o productos no perecederos en las próximas semanas.
  • Estar atentos a síntomas: Consultar a un médico ante cualquier síntoma de intoxicación tras consumir kebabs.
Un llamado a la prevención
El apagón de abril de 2025 ha expuesto la vulnerabilidad de la cadena alimentaria ante fallos en la infraestructura eléctrica, especialmente en un contexto de creciente dependencia de fuentes renovables y sistemas interconectados. Mientras las autoridades investigan las causas del colapso, que incluyó una pérdida masiva de generación eléctrica, posiblemente relacionada con plantas solares, el episodio subraya la necesidad de mejorar la resiliencia de la red eléctrica y los protocolos de emergencia en el sector alimentario.
En el corto plazo, el riesgo de intoxicaciones por kebabs contaminados sigue siendo una preocupación. La combinación de carne descongelada, controles insuficientes y la presión económica sobre los pequeños negocios podría derivar en un aumento de casos de enfermedades alimentarias en las próximas semanas. Para evitar una crisis sanitaria, es crucial que las autoridades refuercen la vigilancia, los comerciantes actúen con responsabilidad y los consumidores tomen precauciones. Como advirtió un usuario en X: “Por un kebab barato, no vale la pena jugarse la salud”.