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Las Smash Burgers, otro engaño que debe acabar ya

Redacción




La técnica está ya muy vista. Palabra americana, colorines y fotos en redes. El precio, alto, como signo de distinción. Porque eso es todo. Aparentar. Y que algún avispado se forre. Los bares españoles bajan la persiana. Los costes se han disparado y la burocracia también. El sector hostelero tiene lo que se merece, pues se prestaron a ejercer de controladores durante la plandemia. Tampoco encuentran gente a la que contratar con condiciones esclavistas por la política asistencialista. Sin embargo, los pocos locales que abren tienen todos nombres que no son españoles. Los empobrecidos españoles malgastan su poco dinero en gilipolleces para hacerse los interesantes dentro de la masa. Para colmo, otra cosa, pero España se precia de tener una gastronomía que no necesita inventos asquerosos. Sigan comiendo colores y procesados. Y si es preciso, presenten el certificado de vacunación para degustar sus sablazos.