Las furcias mediáticas salieron al paso durante la Eurocopa, cuando se descubrió que Lamine Yamal lleva la bandera de Marruecos en sus botas. Silvia Intxaurrondo habló de los beneficios que aporta los inmigrantes a España, aprovechando que un crío hizo una decena de regates. Después de ganar la Eurocopa con España, y recibir un buen pago de Adidas, Yamal no se retracta y sigue llevando la bandera de Marruecos en sus botas. Sus defensores intentan explicar que es por el origen de su padre. Yamal es y se siente marroquí. La doble nacionalidad es un invento burocrático. La nacionalidad no es un papel. Esta fatal de identidad ha disuelto a los españoles, que en gran medida aplauden a un chaval cuyo único talento es jugar al fútbol, pero que se sigue sintiendo marroquí. Mejor perder con españoles que ganar con jugadores de un país enemigo de la patria.