Virginia Montes.
En Marruecos llevan como 9 años de sequía ya, así que el Rey (que es comendador de los creyentes, digamos Rey y Papa a la vez) ha prohibido el sacrificio del cordero al fin del ramadán como manda el Corán.
Esto es excepcional, y lo hace porque la cabaña ganadera marroquí es tan exigua tras tantos de sequía, que peligra su supervivencia. También porque el precio del cordero está por las nubes y los pobres no podrían permitirse el lujo de matar corderos.
Lo curioso es que quiere imponerlo también a los musulmanes españoles, que no sufren sequía, en solidaridad. Ojo, quiere imponer su criterio a ciudadanos de otro país.
En Ceuta y Melilla asociaciones de musulmanes le han dado la razón (nada extraño porque el Gobierno moro paga directamente los salarios de la mayoría de clérigos musulmanes de las mezquitas de esas ciudades), la pregunta es que seguimiento tendrá esa petición en la península.
Será interesante analizarlo para ver la influencia de Marruecos en España.
Por cierto, la medida es un varapalo para la industria ganadera española, que preveía exportar casi un millón de corderos para sacrificar en Marruecos. No dan puntada sin hilo desde el Majzen