Virginia Montes.
El viaje de Scott Bessent es una verdadera odisea en la política estadounidense. Su viaje inimaginable recorre la ruta desde la Troya de las recaudaciones de fondos para demócratas (Barack Obama, Hillary Clinton,…), y de ser el protegido de George Soros “el maligno” –según la extrema derecha conspirativa–, a la Ítaca de Trump donde deberá impulsar una agenda republicana de recorte de impuestos, eliminación de regulaciones o promulgación de aranceles radicales sin añadir más déficit.
Bessent, de 62 años y multimillonario de los fondos de cobertura, ocupa el cargo del Departamento del Tesoro, y es un infiltrado de Wall Street que es el primer secretario homosexual. Está casado con John Freeman, ex fiscal en Nueva York, tienen dos hijos y es un defensor de los derechos gais y de la igualdad en el matrimonio. Su elección supone, además, un duro golpe a Elon Musk, el hombre más rico del mundo, entronizado como la sombra del líder conservador y máxima influencia. Musk apostó por Howard Lutnick, otro multimillonario y jefe ejecutivo de la empresa de servicios financieros Cantor Fitzgerald.
El elegido para el Tesoro creció en una pequeña localidad de Carolina del Sur. Su madre, una empresaria local, se casó cinco veces, dos con el padre de Bessent. El infortunio de su progenitor como agente inmobiliario le llevó a buscar su primer trabajo de verano a los nueve años. Aunque soñaba con acceder a la Academia Naval, no fue capaz de mentir sobre su sexualidad. Así que entró en la prestigiosa Universidad de Yale, donde su primera vocación era dedicarse al periodismo. Después de graduarse, y al no conseguir ser el director del Yale Daily News, cambió la dirección de su brújula. Bessent se ganó una beca con el gestor de capital Jim Rogers, socio de Soros y co fundador de Quantum Fund.
Desde 1991 formó parte del equipo de este judío. Del 2011 al 2015 fue el jefe de la oficina de inversiones de Soros, firma en la que logró grandes éxitos financieros. Esto le permitió lanzar ese mismo 2015 su propia firma, Key Square, especializada en macro inversiones. En su teoría alega la fórmula del 3-3-3: 3% de recorte del déficit, 3% de crecimiento del PIB y 3% de expansión por la desregulación. Además de Soros, sobre Bessent cayó la sospecha de que no creía en los aranceles. Esto se vio reforzado en una entrevista en Financial Times en la que sostuvo que Trump es un defensor del libre comercio que usaba esa propuesta como estrategia de negociación. “Lo que hace es escalar para desescalar”. Ante el chaparrón, Bessent se postuló este noviembre para el cargo con un artículo en la web de Fox News a favor de los aranceles. “Bien usados, incrementan los ingresos del Tesoro, animan a los negocios a restaurar la producción y reducen la dependencia industrial en los rivales”. Así respondió a 16 premios Nobel en economía que alertaron de que ese precio lo pagarán los ciudadanos.