Pena, ninguna. Las redes sociales se mofan del fracaso cantado de Relevo. Vocento ha bajado la persiana del deportivo woke porque no puede aguantar más pérdidas. Los redactores de Relevo daban lecciones política enmascaradas en deporte. Su negro futuro lo han cavado ellos solos. Se empeñaron en fomentar una línea a la que el lector le dio la espalda. Son culpables directos del desastre y su valía queda acreditada como nula. Por ello, no merecen volver a trabajar. Son un peligro público que pervierten el periodismo. Ahora tendrán tiempo para aprender a cultivar la tierra para intentar subsistir.