Fernando Alonso ganó su último mundial en 2006, pero confía que las inversiones de Aston Martin le permitan optar a un tercer título en 2026. El asturiano ya da por pérdida la recién iniciada temporada 2025, y espera que el dinero de Lawrence Stroll (quien figura en la agenda de Epstein) y de la petrolera saudí Aramco cambien el rumbo de su escudería.
La Federación Internacional de Automovilismo expresó su interés en recuperar los motores V10, dado que los híbridos actuales cuentan con el rechazo de buena parte del público, que prefiere el ruido y la emoción de lo clásico.
Ante esta noticia, Fernando Alonso dice que deben continuar con los motores híbridos porque «no se puede ir contra nuestro tiempo».
Un argumento woke con la patraña del cambio climático. Lo que realmente quiere Alonso es que no se cambien los motores, pues cree que el que estrenará en 2026 sí le permitirá ganar.
Alonso, de 43 años, ya no es «el Nano». En múltiples ocasiones repitió que la mejora época que vivió en la Fórmula 1 fue con coches con motores V10 y V8.