Las semanas para salvar Relevo no han servido de nada. Vocento ha ordenado el cierre de su digital deportivo, por el que nadie ha mostrado interés después de la fallida operación con Mediaset.
Los trabajadores de Relevo han sido convocados a una reunión en las próximas horas, en las que se les trasladará que el medio bajará la persiana en dos meses. Los 70 trabajadores de Relevo se irán al paro, ya que por el momento no se contempla ningún trasvase a ABC.
Relevo fue una apuesta de Vocento para entrar en el goloso mercado del deporte, pero las pérdidas acumuladas rozan los 18 millones de euros. El fracaso se gestó por su impulso a la Agenda 2030, especialmente a través del fútbol femenino. La redacción de Relevo creyó que iba a triunfar al respaldar el pseudodeporte que engendraron Nike, Adidas o George Soros, pero los lectores apenas consumen la información irrelevante del fútbol lésbico.
La salida de Natalia Torrente hace unas semanas marca el camino de muchos. Este es intentar colocarse en algún chiringuito o gabinete de comunicación.
El gran derrotado es Vocento. Tras tener que asumir este mediático cierre, los ajustes no han hecho más que comenzar. El pánico se traslada ahora directamente a la redacción de ABC, en la que ya ha habido varios despidos en las últimas semanas.
Vocento se tambalea, pero también toda la prensa española. Solo la publicidad institucional y los patrocinios de empresas que impulsan el globalismo alargan la agonía de medios entregados a la deuda, que ya no son un contrapeso del poder. El resto de cabeceras como Prisa o Unidad Editorial ya no tienen el miedo de ser el primero en ejecutar decisiones que afecten a su imagen. La tendencia en el periodismo español ha cambiado, y es tiempo de merecidos llantos.