Enrique de Diego.
Hay que terminar con el fútbol lésbico. No aportan nada. Son unas guarras woke, que se paguen sus orgías de lo que mueven, que no es nada. Ya está bien de gentecilla generando deuda, viviendo del cuento.
El fútbol lésbico es la quintaesencia del globalismo. No las va ver nadie. Sólo generan deuda. Los clubes tienen que distraer recursos que obtienen de su sección de varones y no son agradecidas. ¡Quieren ganar lo que Messi!
Son propaganda globalista financiada por Iberdrola, que luego pagan los usuarios, y por Adidas, que cada vez hace peores prendas y peores botas. Sus partidos se ofrecen en la 2, y no tienen audiencia, de nuevo deuda pública.
Ya está bien, son un mal ejemplo para las nuevas generaciones. La broma macabra del fútbol lésbico debe acabar.