Javier de la Calle.
El pasado viernes se anunciaba por sorpresa la marcha de Natalia Torrente del digital Relevo. La encargada de cubrir el juicio a Luis Rubiales en el medio woke de Vocento se marchó solo un día después de anunciarse la sentencia. Torrente presume de dar lecciones de periodismo, pero detrás de su salida aparece la pésima situación económica de Vocento, en especial de ese nido de pérdidas que es Relevo. La periodista que hace del deporte su excusa para colar el wokismo ya tiene trabajo: Natalia Torrente se ha unido al sindicato AFE, que representa a algunos futbolistas. AFE ejerció la acusación popular del lado de Jenni Hermoso, la misma tesis que defendió Torrente en los medios. Los intereses económicos de asegurarse un puesto en un sindicato casan mal con el periodismo. Torrente guarda silencio sobre su nuevo trabajo, pero sigue perpetrando barbaridades para deformar la realidad. En la noche del miércoles se disputaron dos partidos: las semifinales de Copa entre Real Sociedad y Real Madrid y un partido de fútbol lésbico entre Inglaterra y España. Torrente se quejó de que fuese La 1 quien emitiese un torneo de mayor entidad como la Copa. Para ello intentó colar que en Wembley había más espectadores. Un sesgo ridículo, por varios motivos: 1. Londres tiene 20 veces la población de San Sebastián, 2. La recaudación en taquilla de San Sebastián fue muy superior a la de las entradas populares de Wembley y 3. Anoeta se llenó y Wembley registró medio aforo para el partido lésbico, lo cual demuestra el escaso intereses por el pseudofútbol incluso en Inglaterra.