En su calidad de padre espiritual, San Séraphim tenía el deber de velar sobre dos comunidades de religiosas. En sus diálogos íntimos con la Santísima Virgen, ésta le indicó cómo proteger del Anticristo a Diwejewo, aquel lugar de bendición, en el tiempo presente y también en el futuro. Pidió que se construyera un pequeño terraplén alrededor de la propiedad. Para lograrlo deberían cavar un canal y formar allí un montículo de tierra. Las hermanas le dijeron que sería más sencillo construir un pequeñomuro. Cierta noche, una de las hermanas vio que el Stárets estaba cavando una zanja y todas se apresuraron a imitarlo para acceder al deseo de la Virgen, tanto más que a aquella hora nocturna Serafín se encontraba en su ermitay estaban presenciando una de sus bilocaciones.
¿Cuál era la promesa de la Virgen? Que Ella vendría diariamente sobre aquel montículo y bendeciría a cuantos estuvieran presentes en el monasterio, tanto religiosos como visitantes,hasta el fin del mundo. (Esto nos recuerda una de las gracias de Medjugorje: la bendición maternal de María para quienes la acojan en su corazón en el momento de su venida). La Virgen pedía que bordeando aquella fosa se recitaran cada noche 150 Ave Maria (solamente la 1ª parte de la oración), llevando en procesión el ícono de María “Alegría de todas las Alegrías”. Devoción que se llevó a cabo y se continúa realizando en nuestros días.
Desde aquel entonces numerosos peregrinos llegan al monasterio de Diwejewo para recibir la bendición de la Reina del Cielo. Actualmente el monasterio cuenta con al menos 400 hermanas, siempre fieles a la procesión nocturna y a las oraciones. Las profecías del Stárets continúan realizándose.
¿Qué podemos pedirle a San Séraphim en la oración?
- Poder perdonar y trabajar incansablemente para lograr la paz interior.
“Encuentra la paz interior y miles de personas alrededor tuyo encontrarán la salvación”
“Aquel que camina en la paz recoge, como con una cuchara, los dones de la gracia”
- Invocar constantemente al Espíritu Santo:
“El propósito de la vida cristiana es la adquisición del Espíritu Santo”.
“Cuando ya no esté más, vengan a mí y ¡cuéntenme todo como cuando estaba con ustedes!”
3. Lasgrandes preocupaciones de la Virgen María.
Dos llamados apremiantes son recurrentes en los mensajes de Medjugorje: que oremos por sus hijos “que aún no conocen el amor de Dios” y por los pastores que su Hijo Jesús ha elegido, nuestros sacerdotes. En este año jubilar tan importante, considerando las amenazas que se ciernen sobre el mundo, muchos de nosotros nos sentimos motivados en nuestros corazones a ofrecerle un gran regalo al Señor; un regalo que, estamos seguros, lo conmoverá enormemente. Un regalo que le permitirá salvar a muchos sacerdotes. Se trata de una iniciativa en dos tiempos:
La primera iniciativa nos concierne y nos es devuelta. Sabiendo que muchos sacerdotes sufren en el Purgatorio, deseamos apresurar su liberación. Estamos en poder de hacerlo, pidiendo la celebración de una o varias misas por esta intención. Podemos igualmente ofrecer por ellos una hora de adoración al Santísimo Sacramento.
La segunda iniciativa les corresponde a ellos: No vamos a dejar a esos sacerdotes liberados de sus penas sin confiarles una tarea de suma importancia. A su vez tendrán que interceder con fuerza por aquellos sacerdotes hermanos suyos en la tierra que se encuentran en situación de pecado, a fin de que regresen a Dios con una conciencia clara y decidan emprender el camino de la santidad.
Esta doble iniciativa puede dar muchos frutos de sanación para nuestro mundo tan convulsionado. ¡Tenemos demasiada necesidad de nuestros sacerdotes, de buenos sacerdotes! ¿Qué místico no ha descrito con claridad el enorme desafío espiritual que descansa sobre cada miembro del clero? “Mi Corazón Inmaculado no triunfará sin ellos”, nos dijo la Virgen, “¡No permitan que Satanás los separe de sus pastores!”
En este Año Jubilar, he aquí el ejemplo de una hermosa obra de misericordia a nuestra disposición.