Enrique de Diego.
Miré en la globalista Google la voz de la catedrática María José Martínez Albgarracín y en las cuatro primeras páginas todo estaba lleno de noticias de Newtral y de Maldita, malditos verificadores de la mentira. poniéndola a caer de un burro por su lúcida y valiente oposición a las timo vacunas, al genocidio de las timo vacunas, con tus verificaciones de mierda, fatua, prepotente, haciendo caja con el crimen en masa.
Eran sucias y cochinas mentiras, que costaban vidas, mientras se cebaban en la Dra. Albarracín por defender con brillantez y coraje, avisando a la gente que no se timo vacunara. Recuerdo cuando con María Jesús Alfaya, en aquel entonces jefa de inforomativos del engalodo César Vidal, que tremendamente despistado defendía la timo vacunación y acusaba a los países de «tradición católica» de no timo vacunar lo suficiente, cuando la Dra. Albarracín intervino, dejándola mi tiempo para promocionar mi libro «Yo no me vacunaré», con que claridad científica expuso lo que se escondía tras las timo vacunas: la muerte y la enfermedad, a manos de las farmacéuticas, de Albert Bourla, de Pfizer y Moderna, del ARNmensajero. A algunos no llegamos a tiempo y me escrbieron lamentando no haber escuchado antes a la Dra. Albarracín porque no se hubieran timo vacunado.
Mientras tú, una mujer sin principios, o sin otro principio que la codicia, con la que has conveertido en una escoria al CEU San Pablo creando una rema de verificadores, de manipuladores oficiales, que ahora no encontrarán trabajo, te convertías en el ministerio de la verdad orwelliano e imponías tu tiranía.
Te va a ir todo mal en la vida. Se te va torcer todo. Eres un pozo de mierda. Estarás muy apropiada con un mono color butano.
Me cago en ti, Ana Pastor, y en tus muertos mil veces