Enrique de Diego.
Confieso, con orgullo, que desde hace años no veo televisión, ninguna televisión. y que aborrezco cordialmente de esa mascarada banal de ebriedad que son las campanadas y la nochje vieja, una convención como otra cualquiera. Pasé ese día con mi familia y me fui a la cama pronto así que no vi ni la vaca que rie ni ninguna otra excentricidad garrula.
Leo a Bea Talegón lo siguiente: «Lo poquito que vi anoche en la tele que pagamos todos me resultó de muy poca profesionalidad. Al menos, un repasito con rigor y respeto al contenido. No me pareció fresco. Ni divertido. Me pareció vergonzoso cómo se trató a las lenguas, me resultó desagradable el intento de cubrir de “humor” elementos que no eran necesarios y que podrían molestar. No hay necesidad. De verdad. Se podrían hacer cosas agradables, entretenidas y dejando en paz de una vez la confrontación superficial y absurda. Me pareció una muestra lamentable de dos jetas, y todo lo que lo rodea y aplaude. Dicho esto, tan fácil como apagar la tele se soluciona. Pero me molesta porque es un ente público. Y lo pagamos entre todos».
Desde hace tiempo, esta mierdocracia ofrece espectáculos para auténticos gilipollas y zafios subnormales. El humorista Broncano, que no es más tonto porque no entrena, sacó a uno de esos personajes funambulescos, una comediante -dice- que responde al nombre comercial, supongo, de Lala Chus, a hacer el ridículo en comandita. Por los vídeos que me mandan no tienen nivel, son un par de garrulos, están hechos de «trozitos de televisión» como dijo la oronda Chus, que exhibió una foto que me pareció que era suya, porque tiene una obesida mórbida, que es fatal para la salud, pero que la degenración woke la exalta como inclusiva. Penoso.
Pero al día siguiente sale el inefable Felix Bolaños, que parece salido de la Rue del Percebe como un personaje patibulario de Francisco Ibáñez, y sugiere que ya en el día 1 y les amedentran y que van a acabar con no se que ley, con lo que demuestran que el aquelarre falsamente chistoso estaba preparado por el PSOE, al que sirven los titiriteros, con Broncano, el marrano, para ocultar sus mierdas de los Koldo, Abalos, Begoña Gómez y Perico Sánchez. pero con esos no se hacen bromas.
Estos titiriteros devenidos en lacayos ponzoñosos no muerden la mano que les da de comer. No es bueno echar perlas a los cerdos. No ofende quien quiere sino quien puede. Y al Sacratísimo Corazón de Jesús estos payasos como la vaca que ríe parcheada de trozitos de televisión no pueden. A bastantes españoles loes mean y dicen que llueve y les sueltan las compuertas.
Y mientras tanto Broncano, y Felix Bolaños, siguen aumentando la deuda pública que ya alcanza niveles estratosféricos. Conviene que todo el mundo lo tenga en cuenta, y les suene al menos a tanto subnormal y gilipollas como anda por ahí, para cuando pinten bastos y se rompa la baraja. Entonces, habrá que tirarlos al pilón.