Virginia Montes.
Magdeburgo es el fracaso de la estupidez alemana, alimentada por la CDU y el SPO -la socialkdemocracia de Scholz- y sus lacayos globalistas, Los Verdes, Los Liberales, Linke. De todo un sistema en el que la oronda y cegata Ángela Merkel abrió las fronteras de par en para a los «refugiados» sirios, azuzados por la Open Society del malvado George Soros hacia Alemania.
Desde entonces Alemania sufre una plaga de terrorismo musulmán, que se ha cebado en los Mercados Navideños, tradición cristina, recuérdese el atentado contra el Mercado navideño de Berlín. El 19 de diciembre de 2016, Anis Amri, un ciudadano tunecino de 24 años, entró a toda velocidad con un camión en el mercadillo navideño ubicado junto a la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm en Breitscheidplatz en el distrito de Charlottenburg de Berlín. Como consecuencia del atropello masivo murieron 12 personas, una de ellas el conductor original del vehículo, y otras 561 resultaron heridas. Amri se dio a la fuga y fue abatido cuatro días más tarde en Milán al ser interceptado en un control rutinario a la salida de la estación de tren y negarse a mostrar su documento de identidad a los agentes.
El 23 de agosto de 2024, en Sollingen, durante el Festival para celebrar -glorioso sarcasmo- la «diversidad».. un refugiado sirio atacó con cuchillo a la multitud produciendo 3 muertos y 4 heridos. Otro atentado, protagonizado por un afgano de 25 años, en Mannheim, produjo la terrible escena de un policía alemán inmovilizando a un ciudadano alemán de los que la prensa globalista tilda de extrema derecha, dándole la espalda al auténtico agresor que le asestó dos puñaladas de las que falleció. En la foto puede verse al amlvado asesino sirio tratado emtre algodones por la inoperante policía alemana.
Esa crimen del policía ejemplifica las brutales contradicciones en las que ha caído la clase política alemana, y las tergiversaciones y manipulaciones a las que ha sometido a la ciudadanía. Se le ha dicho a los alemanes: primero, que los atentados terroristas eran probablmente de extrema derecha, después, que eran casos aislados, cuando se generalizaron y eso no se podía colar, pasaron a tener sus autores trastornos psicológicos, a pesar de tener el mismo perfil: ser mulmanes, frecuentemente viviendo de subvenciones del Estado, pagadas por la CDU y luego por el SPO.
La situación es tan límite que o Alternativa para Alemania arrasa o no hay solución. Alternativa para Alemania plantea la repatriación forzaosa de los llamados «refugiados». Recientemente, con motivo de la entrada de los yihadistas islámicos hubo manifestaciones de refugiados sirios celebrándolo, en Alemania, que parecía una nación siria. Y en Hessen, en el mercadillo navideño, una multitud musulmana en actitud claramente hostil se manifestó amenazadoramente,
Olaf Scholz es un dirigente totalmente incapaz que además de llevar a Alemania a un auténtico colapso económico, perjudicando a su industria por no contar con los recursos naturales rusos, y traer el gas licuado de Estados Unidos, encareciendo la energía, con lo que la industria aelmana, antes puntera, ha pasado a no ser competitiva. Las quiebras se han disparado: han aumentado el 24% y el año 2025 se ve con peores perspectivas, con un invierno frío y nublado. Alemania ha primado, estupidamente, la energía solar.
Alemania parece gobernada por auténticos idiotas. Y los más idiotas son los demócracretinos de la CDU, que han variado su retórica a un discurso contra la inmigración, cuando fueron ellos -tanke Merkel- los que abrieron las fronteras de par en par.
Alternativa para Alemania figura en los sondeos, que siempre le dan menos de los votos que saca, pues las empresas de sondeos son globalistas, como segunda fuerza política y ascendiendo, pero Alemania se desliza por la pendiente a la que le han llevado sus políticos: económica e identitaria. Los alemanes ya no pueden ir a un tradicional mercadillo navideño seguros, de que no venga alguien pagado por su Gobierno a matarlos.