Enrique de Diego.
La anécdota sucede en el Colegio Aitana, de Alicante, (bueno, entre Elche y Alicante) del Opus Dei, bueno de ese eufemismo que funciona bajo la marca de Fomento de Centros de Enseñanza, que es un Colegio concertado, pero que cobra por la puerta de atrás, a través de una ONG -aquí el que no corre vuela- llamada El Redil -¡vaya nombrecito, donde se reúnen los borregos!- donde satisfacen los padres cuotas «voluntarias» de 400 euros mensuales-, pues como digo, en el Colegio Aitana (donde el bullying campa por sus respetos y donde 5 matones pegan palizas a 1 chico y cuando lo denuncian los padres la emprenden con la madre malediciendo que está para allá, en vez de tomar medidas efectivas) resulta que hay una asignatura de los malditos objetivos de desarrollo sostenible, es decir de la agenda 2030, es decir de adoctrinamiento en el globalismo para que los varones agachen la cabeza mientras les matan, y globalismo es igual a satanismo, es la propuesta del averno para estos tiempos aciagos y sombríos, en donde hay que proteger especialmente a los jóvenes y a los niños, como nos reduerda la Virgen: padres y educadores protegan a los niños. El Colegio Aitana no lo hace.
No sólo es el Colegio Aitana donde dan esa asignatura malvada sino en todos los Colegios del Opus Dei y también en la Universidad de Navarra, con lo que el Opus Dei milita en el bando de satán. No salgo de mi asombro, me pinchan y no me sale sangre. Así se llega a aberraciones como que el tanatario de lujo que es la Clínica Universitaria de Navarra está patrocinada por la genocida Pfizer y las autoridades de la Universidad pretendieron imponer el totalitarismo satanario y pedir la marca de la bestia (es decir, el pasaporte nazi covid de que te habías timo vacunado) para entrar y salir del campus, lo que sorprendió a propios -en el Centro de Alejandro Navas ex decano de esa pocilga que es Periodismo hay un sacerdote, que es farmacéutico, que no se timo vacuna por nada del mundo y por ende no podría entrar ni salir de la satánica Universidad de Navarra- y extraños; donde las Numerarias desorientadas ejercen de feminismo con pantalones y están en las antípodas de las «opusinas» de antes, con faldas, guapísimas y centradas, cuando no les daba por esas cosas de Jacques Derrida de la deconstrucción y la sororidad.
Total, que los padres que llevan a sus hijos al Colegio Aitana, y a los similares, buscando un remanso de paz, un valladar de buena doctrina y un lugar de piedad y excelencia en la santificación del trabajo, andan inquietos y se dan de bruces con el satanismo desorejado de la agenda 2030. Ahora uno entiende, mal que le pese, que Luis de Guindos, supernumerario del ex Opus Dei, porque a este ya no hay quien le reconozca, sea un presunto corrupto nepótico y vicepresidente del Banco Central Europeo, el núcleo duro del globalismo-satanismo, la mano derecha de Christine Lagarde, esa vieja pelleja, que es más fea que un pecado, que piensa que vivimos demasiado y algo hay que hacer para eliminarnos. Menos a ella, claro.
Pues en este Opus Dei que no tiene nada que ver con el que fundó San Josemaría Escrivá de Balaguer, ni Cristo que lo fundó, en este Colegio Aitana, predio de los Arteaga, que es un escándalo del que los padres deberían sacar a sus hijos, pero a dónde les mandan, como está hoy la educación que es un estercolero, en la maldita y satánica asignatura sobre los objetivo de desarrollo sostenible le tocó a un alumno un trabajo sobre «ideología de género», no en contra sino nítidamente a favor de la ponzoña y lleno de sentido común, vástago de empresario, desarrolló la tesis con brillantez y acopio de datos, -vamos, que se lo curró- de criticar las subvenciones y el vivir del cuento de las organizaciones feministas cuando los empresarios. agricultores y ganaderos tienen que competir con ese lastre feminista, vía impuestos, y el profesor woke no soportando la libertad de expresión y el juicio ponderado del ilustrado muchacho se montó en su ira, ejerciendo la cultura de la cancelación y le encasquetó un 0 patatero o zapatero. Cosas veredes, amigo Sancho. Y pensar que San Josemaria Escrivá de Balaguer en 1972, en los dos meses de catequesis, se desgañitó repitiendo que «corrompida la mujer, corrompida la sociedad». Y aún hay quien, en la Universidad de Navarra, al Fundador, buscando tres pies al gato, le cuelga el sanbenito de feminista y le presenta como paladín de la ideología de género.
Cito las frases de San Josemaría Escriva de Bañaguer, publicadas el 14 de febrero de 1974, que se clavaron en mi alma: «Se escucha como un colosal non serviam! en la vida personal, en la vida familiar, en los ambientes de trabajo y en la vida pública. Las tres concupiscencias son como tres fuerzas gigantescas que han desencadenado un vértigo imponente de lujuria, de engreimiento orgulloso de la criatura en sus propias fuerzas, y de afán de riquezas. Toda una civilización se tambalea, impotente y sin recursos morales». Uno de esos recursos morales era el Opus Dei -a grandes males, grandes remedios- y también ha fallado con estrépito.
A todo esto, los padres del Colegio Aitana están preocupados porque en enero, por la ley globalista, tienen que decidir si pasa a ser un colegio privado con todas las de la ley y a soltar una pasta gansa, o siguen de concertado, con el subterfugio de El Redil o el aprisco, y pasar a ser colegio mixto. Los Supernumerarios están maniobrando por el privado, el resto hacen cuentas y no llegan, no es un objetivo sostenible. Esto pasa cuando se juega con el diablo, te miente y al final te destruye. Al final, con la maldita agenda 2030, todos calvos y trans.
Vade retro, satanás, no hagas más el ridículo ni hagas más ponerse en berlina a las y los del Opus Dei, que algunos, unos pocos, sufren en silencio tan acomplejado y descerebrado desafuero. ¡Y pensar que viven el celibato y la castidad para terminar en las garran de satán, que está tanquam leo rugens tratando de devorar las almas! Lo del Opus Dei es broma macabra e infernal.
Otrosí: Me entero de la muerte de Rafael Alvira, Catedrático de Filosofía, Decano de Periodismo de la Universidad de Navarra, el pasado 2 de octubre. Le recuerdo como un santo varón y una cabeza privilegiada. El «divus», le llamamos en broma. Buen jugador de fútbol, con olfato de gol. Era Numerario, hijo de uno de los tres primeros Supernumerarios, José María Alvira. Rezo, agradecido por sus magníficas clases, por el alma de Rafa.
Otrosí: Me dicen que en la gran apostasía quedarán siete obispos fieles. Muchos me parecen. Uno, Joseph Strickland. De España, ninguno, que son todos de la hereje secta bergogliana. No sé si contar a José Ignacio Munilla, experto en nadar y guardar la ropa, pero bergogliano a la postre.