Enrique de Diego.
Alternativa para Alemania sale a ganar. La CDU no significa ningún cambio respecto al SPD, son lo mismo. La farsa política alemana consiste en que el sistema político va desgajando escisiones a medida que se desacredita. Así sugieron los Verdes, luego La Izquierda y más recientemente la Alianza Shara Wagenknecht, que con postulados de izquierda plantea posiciones fuertes contra la inmigración y contra la implicación de Alemania con Ucrania.
La trampa lampedusiana consiste en que bajo cualquier coalición sigue la misma política de decadencia, de sustitución de la población y de quiebra del Estado. La última broma macabra del sistema ha sido la coalición semáforo formada por el SPD, los Verdes y Los liberales, que ha colapsado en un desastre completo que llevará a elecciones anticipadas el 23 de febrero.
Todos juegan contra Alternativa para Alemania que es verdaderamente la auténtica alternativa, como han entendido los jóvenes, las mujeres y los entre 25 y 45 años, mientras por encima de los 70 años sigue siendo el caladero del sistema podrido. Una ficción acuñada por los medios de comunicación, todos ellos glkobalistas y mantenedores del statu quo, es que AfD es un partido sólidamente instalado en la Alemania del Este pero no cuaja en la Alemania occidental. Ciertamente el triunfo en las elecciones regionales en Turingia, donde alcanzó el primer puesto, y en Sajonia y Bradeburgo, donde quedó segundo, avalan esa especie, pero se olvida que en Baviera quedo segundo y en las elecciones europeas también con el 15,9, lejos del 30% de los democristianos de la CDU, que es el partido con el que trata de perpetuarse la mentira decadente del sistema. Ahora AfD roza en los sondeos el 30% y no hace ctra cosa que ascender. Y los sondeos son un arma del globalismo.
Los alemanes occidentales deben despertar. Deben salir del sopor del sistema, que los ha timo vacunado, que los trata de sustituir por población islámica, pagada con dinero del contribuyente, y que debe afrontar una crisis terrible de la industria alemana, de la que es buena muestra la crisis galopante de Mercedes Benz y de Volkswagen, que va a reducir sus fábricas en un 1/3. No están equivocados los alemanes del Este sino los del Oeste, estos deben aprender de la defensa de su identidad de aquellos. El multiculturalismo es una trampa buenista que mata, es unj esperpento genocida.
Debe haber una movilkización de toda la sociedad en torno a Alternativa para Alemania, que sitúa a esa formación política en el primer puesto. Sólo así Alemania podrá salvarse. Todo lo demás es escoria globalista, apuesta por la aniquilación de la sociedad alemana. La CDU significa el hundimiento de Alemania en el ciénago de la mentira. Sólo Alternativa para Alemania representa la esperanza de la salida de la crisis existencial de Alemania.