Enrique de Diego.
María Iraburu Elizalde, de los Iraburu Elizalde de toda la vida, que tiene un curriculum penoso todo lleno de subvenciones, flamante rectora de la Universidad de Navarra, un centro educativo que tuvo prestigio. ha hecho méritos sobrados para ser declarada globalista del año.
Dado que los globalistas han declarado la guerra a la especie humana, el título lleva aparejado el de enemiga de la especie humana.
Martía Iraburu luce orgullosa en la solapa el pin de la diabólica agenda 2030, ahora de la 2045, por lo mal que les ha salido. María Iraburu tiene mucho mérito porque compagina su apoyo a los planes de satanás con su condición de numeraria. Parafraeando a San Josemaría Escrivá de Balaguer, un hombre que desde luego no tenía un solo pelo en la lengua, se necesita ser imbécil para condenarse por tamaña estupidez y al tiempo llevar una vida de celibato estricto y no mojar nada. Esto es como ir las fiestas de blanco de Diddy y no tomar ni una copa.
La escoria de la Universidad de Navarra quiso imponer la vacunación obligatoria entre alumnos y alkumnas del campus; es decir, que quiso esterilizarlos a todos, amén de matarlos y enfermarlos. Menos mal que la Madre del Amor Hermoso y la Asociación Liberum lo impidieron. Eso a María Iraburu Elizalde le importa una higa, porque es numeraria -no moja- y ha sido subsumida por el espíritu del mundo a tope.
Hasta el punto de que la Clínica Universitaria de Navarra, un prestigio inmerecido, está financiada por la genocida Pfizer y ha devenido en tanatorio de lujo. Toda la Universidad de Navarra ha degenrado en cloaca globalista con tanta veneración al nefasto «acto de amor», con lo que lo mejor sería que los estudiantes abandonaran a la carrera la Universidad de Navarra, ahorrando a sus familias una pasta para nada, e incluso todos los miembros de la Obra abandonaran esa institución, ya no se sabe lo que es si prelatura o el coño de la Bernarda, merced al manoseo impúdico del sembrador de odio del infecto Bergoglio. Pero ya se sabe con el mindundi Fernando Ocáriz, y el traidor Mario Fazio, a la Obra le mean a chorros y dicen que llueve a mares. ¡Qué ridículo estáis haciendo, chachos!
La Universidad de Navarra que se ha abierto al mundo, a todo el mundo a Fernando Grande-Marlaska y unos aprendices de patriotas en vez de abandonar esa mierda de Universidad de una vez han protestado ruidosamente y alguna voz aislada le ha llamado «maricón» al ministro. Con eso de maricón ocurre algo chocante y estúpido. En Chueca se llaman maricón a todas horas. Mi libro «El virus woke», que no sé porqué broma del destino, está en la lista de más vendidos de contenido LGTB, está rodeado de libros en la que se utiliza esa palabra o el sinónimo de marica. Pero si se ocurre decirla fuera del colectivo te puede caer una querella por ese invento de incitación al odio. María Iraburu Elizalde, de los Iraburu Elizalde de toda la vida, ha pedido perdón a Marlaska en nombre de la Universidad. No me imagino a San Josemaría haciendo eso.
María Iraburu Elizalde, de los Iraburu Elizalde de toda la vida, se ha cogido un rebote jupiterino y se dispone como el CSI a escudriñar todas las cámaras hasta dar con el culpable o los culpables del epiteto, abrirles expediente y, si hay suerte, ponerles de patitas en la calle de la guardería globalista. Ojalá con la guadaña alcance al mayor número posible porque se verán obligados a abandonar esa cloaca y su hedor.
Bueno, la Obra -alguno la llama el Pus Dei- está dando las últimas bocanadas, que Bergoglio la va a decapitar, ya se han dejado quitar el Santuario de Nuestra Señora de Torreciudad por un obispucho sin vocaciones, de pueblo, y les van a quitar la Universidad de Navarra. Al tiempo. Está en el Evangelio, María Iraburu Elizalde, de los Iraburu Elizalde de toda la vida, no se puede servir a dos señores, no se puede servir al mundo y a Dios, tú has decidido servir al mundo, y encima no mojas, pero el globalismo demoniaco es mal aliado, primero te miente y luego te destruye. Pero tú María Aramburu Elizalde, de los Aramburu Elizalde de toda la vida, sigue haciendo méritos a globalista del año.