Luis Bru.
Las siguientes reflexiones están sacadas de la observación de vehículos en circulación a diversas horas del día en una ciudad de Levante.
Entre los coches, se observa la ausencia de coches de alta gama y de coches alemanes como Mercedes, BMW o Wolkswagen, que hace unos años eran habituales, presumiendo la ciudad que era la más nutrida de Mercedes per cápita de toda España, Esto explicaría los despidos en la industria automovilística alemana.
Han aparecido vehículos individuales. Las bicicletas son conducidas por personas jóvenes de veinte a trineta años. Son vintage, mountan bike de los años 90, que son las mejores, pues no están fabricadas en China y, todo lo más ensambladas en factoríaas españolas. Los ciclistas tienen aspecto alternativo. No visten o tienen corts de pelo a la moda, no imitan a nadie. Da la impresión de que han sacado la bici de su padre del trastero. En principio, muestran pobreza.
Son habituales las motos, entre gente entre los 39 años y los 50; motos de ciudad, no de gran cilindrada.
Lo más llamativo es la proliferación de patinetes eléctricos. Sus usuarios triplican ampliamente a los ciclistas. Sus usuarios tiene una edad entre los 18 y los 35 años. Por su vestimenta y corte de pelo, son habituakmente «traperos». Los patinetes al ser eléctricos presentan problemas pues sus baterías son de litio y pueden incendiarse. Ya han aparecido talleres especiales que presentan alta demnda.
El patinete tiene una baja autonomía por lo que es básicamente un vehículo urbano. Suele ser plegable y no ocupa mucho espacio en casa o en el apartamento.
Pero denota bajo poder adquisitivo en las nuevas generaciones. Escasas posibilidades para hacer excursiones. Y muy baja natalidad. No precisan un coche para llevar a la familia, que habitualmente no tienen, ni aspiran a tener. Viven con sus padres o en diminutos pisos de alquiler.
En suma, el patinete muestra una sociedad en decadencia sobre todo demográfica.