Enrique de Diego.
Quemala Harris se mostró en el debate com0 una abortera compulsiva. Es una petarda incompetente que convirtió la convención demócrata, en la que fue nominada digitalmente, antidemocráticamente, en un abortorio; en efecto, Planned Parenthood puso un autobús en la puerta con un matadero de bebés y 25 mujeres del partido satánico demócrata tuvieron la felonía criminal de matar a su bebé, como asqueroso homenaje a satán. El crimen perfecto, gratis total.
Este del aborto es crimen que clama al cielo. Está en la misma base de nuestros males, de esta guerra espiritual entre el Bein y el mal. ¿Y qué es el mal? La ausencia del Bien. El mal es Quemala, de eso no hay duda, y no me gustaría estar en la piel de ningún votante demócrata de Quemala cuando vayan al Juicio final. ¿A ver cómo explican que han votado a quien promueve el asesinato de los más pequeños e indefensos? Y Quemala lo hace con retruécanos semánticos mentirosos -toda ella es una gran mentira, como decir que su madre es de clase media, o que es feminista, ¡qué se lo pregunten a las mujeres de Afganistán!- como la «salud reproductiva». No hay nada de salud en el aborto, empezando por las hemorragias y la invasión del útero, como las tremendas secuelas mentales y psicológicas que deja, amén del muerte del bebé, con cuyos restos hacen un sucio negocio los degenerados de Planned Parenthood. Recomiendo ver en youtube la película «Inesperado». No tiene desperdicio.
Y luego reproductiva…Pero vamos a ver, alma de cántaro, pedazo de animal, pero de qué reproducción hablas, si el aboto es la no reproducción. Frente a tanta historia abortera, se encuentra la cruda y terrible realidad de mujeres que quedan traumadas, que no se perdonan, que celebran el cumpleaños de su bebé non nato el día que lo mataron.
Quemala miente siempre y los medios de defecación mienten siempre. Por cierto, que las escorias de moderadores, David Muir y Linsey Duvis, de ABC News, son del holding satánico de Disney, escoria putrefacta. Pues sí, Quemala y moderadores cutres, en efecto el partido demócrata está a favor de matar al niño fuera del útero materno, cuando asoma la cabecita. Dijo esa salvajada el gobernador satánico demócratasde Virginia, Ralph Northam, comentando la inciativa de la legisladora del mismo palo Kathy Tran para pemitir el aborto hasta el noveno mes y más allá. Y en California, donde la vida de un niño no vale nada, también los satánicos demócratas están a favor de matar al niño tras su nacimiento. Y en Maryland. Así que cuando el moderador inmoderado David Muir terció para rebatir a Donald Trump afirmando que en Estados Unidos no está permitido el infanticidio, mintió o dijo una verdad a medias. En Estados Unidos la parte minoritaria que está con el partido satánico demócrata acaricia la idea de llevar la cultura de muerte hasta que nazca el niño. Con la asesina moral Quemala Harris seguramente se plasmaría, todo sea por eso grosera mentira de la «salud reproductiva». Todos los totalitarios criminales son maestros en estas jerogonzas y eufemismos semánticos.
En el mal hay grados. Entre el mal absoluto de Quemala y la tibieza de Donald Trump, partidario de las excepciones, hay un abismo moral, pero no hay excepciones en el aborto, porque el bebé es otro cuerpo, que pelea cuando le subccionan y la posibilidad de quedar embarzada en una violación es nula y por incesto…no se producen tantos, y el bebé no tiene la culpa.
Quemala. una mujer que no ha querido ser madre, y lucha por la despoblación, es un engendro de la naturaleza, una escoria humana.