Editorial.
Pavel Durov ha sido detenido ilegalmente por defender la libertad de expresión, directamente amenzada por el villano Emmanuel Macron, en horas cada vez más bajas y en franco proceso liberticida.
El liberté de la Francia que ha mostrado su degradación en los Juegos satánicos carece de significado. El globalismo ha estado muy cómodo controlando las calles y las redes. Una ideología contraria al pueblo necesita un estricto silencio.
Las redes han virado. Elon Musk es el objetivo a batir por su dirección de Twitter. Alguien que ha escapado de Putin, ese al que hay que frenar en Ucrania para beneficio de Larry Fink, ha sido detenido en Francia. Pavel Durov es un héroe, no un delincuente.
Telegram es otra red libre. Los genocidas europeos quieren que las redes sociales les permitan operar como si las plataformas fuesen suyas. Honor a Pavel Durov por negarse a ello. Honor al héroe de la libertad de expresión, rechazo y asco al villano Macron.