Javier de la Calle.
El digital Relevo, de Vocento, vio la luz o la oscuridad en 2022 con la intención de aprovechar el tráfico de visitas del Mundial de Fútbol disputado en Catar. Un plan que fracasó, y desde la dirección dijeron que no había motivos para la preocupación, ya que Vocento garantizaba varios años antes de recoger beneficios.
Vocento es un polvorín por los malos resultados económicos. Luis Enríquez dejó de ser el consejero delegado, pero las salidas no han terminado. En Vocento no encuentran solución a Relevo, y Óscar Campillo ve su puesto de director peligrar. Aloysio Araujo ha sido nombrado gerente de Relevo, en un comunicado en el que se omite al propio Campillo.
El nuevo máximo accionista Francisco García Paramés no quiere más pérdidas y parece que no le tiembla el pulso a la hora de mover piezas.
Relevo acumuló unas pérdidas de más de seis millones de euros en 2024, pero su dirección aún tiene el humor de presumir de liderazgo en redes sociales. Una falacia, pues mientras Marca supera los seis millones de seguidores en Twitter, Relevo no llega a 250.000.
La línea editorial de Relevo es utilizar el deporte como caballo de Troya del ideario woke. Una redacción nutrida de rebotados de otros medios, que destaca las entrevistas de Enric González, un clásico del progresismo del Grupo PRISA.
Relevo está empujando a Vocento a la quiebra a una velocidad vertiginosa. Los lectores también han dado la espalda al resto de medios del grupo, como ABC, El Norte de Castilla, Las Provincias, El Comercio, La Rioja, El Diario Montañés, La Verdad, El Correo, Ideal, Hoy, El Diario Vasco y Sur, cabeceras con décadas en el mercado que ven en peligro su supervivencia por culpa de un digital deportivo que juega a adoctrinar. Es el primer fracaso mediático del globalismo.