Enrique de Diego.
Vox es un pozo de mierda, un chiringuito para que medren Santi Abascal, los Ariza, porque el estafador es vocacional, y sus mariachis todos jugando con pasión al pilla pilla presupuestario y viviendo de la sopa boba del dinero público. Ni van a acabar con las autonomías, están muy cómodos y calentitos en las poltronas regionales, ni van a dejar de pillar subvenciones, y además su financiación está bajo seria sospecha de trinques monumentales.
Es, además, un partido en proceso de extinción, que ha obtenido unos pésimos resultados en las elecciones generales, donde ha quedado tercero, en un auténtico desastre, como marca el sistema electoral que al tercero lo lamina, inerme ante el reclamo del voto útil que beneficia a ese pozo de mierda que es el PP, vendido a la agenda 2030, «el Evangelio», de José Manuel García Margallo, el pin diabólico de Alberto Núñez Feijoo, de Almeida, de Moreno Bonilla, el piltrafilla, de Maroto, el de la moto…¡Qué asco, Dios mío! Ha obtenido Vox un pésimo resultado en las elecciones gallegas, donde no ha conseguido representación, es extraparlamentario, no pinta nada, y menos que va a pintar en las elecciones vascas.
Está surcado de conflictos y su historia está llena de sonoros abandonos. Quedan los más mediocres, los aduladores del jefe que no pega un palo al agua, que es un vago contumaz.
Pero hete aquí que en las elecciones europeas se presenta en coalición, luego formaran grupo parlamentario, con Alternativa para Alemania, con el PVV de Geert Wilders y todas los partidos serios en cada una de las naciones; partidos que están contra las timo vacunas, contra la agenda 2030, verdad no de boquilla, no como Vox que no pregunta parlamentariamente por las fumigaciones asesinas, contra el llamado pacto verde, contra las ciudades de 15 minutos, contra la ley de servicios digitales, contra la dictadura satanaria, contra la OMS, no como Abascal, que hiede a botica, contra la invasión, de verdad, y no de manera retórica.
Así que ni voy a mirar la lista que presente Vox, y recomiendo que se haga lo mismo. Estoy dispuesto a votar al caballo de Calígula, puestos por caso. Porque voy a votar a la extrema derecha europea que aquí se presenta bajo las siglas de Vox.
Además, en las elecciones europeas no se pierde ningún voto. Al ser la circunscripción nacional, todos los votos suman, los de Segovia y Ávila, donde en las nacionales está todo el pescado repartido, y los de Amurrio. La Ley d’Hondt no tiene los efectos perversos que en las nacionales, donde da toda la ventaja a los separatistas. Ahí serán una mierda pinchada en un palo. Ningún sentido reclamar el voto útil. Ni tampoco abstenerse, porque la lectura de la casta es en clave europea, y en el Parlamento europeo hay que acabar con la maldita y diabólica agenda 2030 y para ello tiene que haber una ola irresistible de extrema derecha.
Entonces, esa mierda de partido que es Vox no va a ganar. Se trata de utilizar tácticamente a Vox para que saque más eurodiputados y más que votos que esa mierda del PP y del PSOE juntos.