Enrique de Diego.
La OMS sigue con sus planes genocidas para presentar su tratado de plandemias en 2024. Esa será la tumba de la OMS, una organización criminal al servicio del tarado genocida Bill Gates y que cuenta como director al reconocido criminal y terrorista Tedros Adhanom.
Ha estado muy acertado el gobernador de Florida y candidato a la presidencia de Estados Unidos, Ron DeSantis al afirmar que, de llegar a presidente, tirará a la papelera ese tratado «que es donde debe estar». Florida ya aprobó una ley contra el tratado que, en ningún caso, tendrá vigor en la vieja colonia española.
La OMS debe ser tirada a la escombrera y desaparecer. La salud de todos mejoraría mucho, especialmente de los más pequeños, pues nuevas enfermedades como el autismo desaparecerían como por encanto. Y no habría más falsas plandemias como la del coronavirus, ni se harían más experimentos en Wuhan, que les salió un engendro chino.
Si Estados Unidos no entra, no sólo el tratado de la mentira y la muerte sino la misma OMS, detritus globalista, estaría acabada. Donald Trump ya le cortó la financiación y Robert F Kennedy, el tercer candidato en liza, es un declarado partidario de la libertad médica y un anti timo vacunas que dio la cara en lo más crudo del combate contra la satanaria OMS en su intento, fallido, de imponer una dictadura satanaria.
Por estos lares cabe esperar lo peor o no cabe esperar nada nuevo. Pedro Sánchez, el psicópata, va con los calzones bajados ante los oscuros poderes globalistas y donó 130 millones a la Fundación del tarado genocida Bill Gates y su ex Melinda, que es otra que tal baila. Alberto Núñez Feijoo, el tirano de la triste figura, hizo carreras para ser el más totalitario, y compitió con Iñigo Urkullu, Arnaldo Otegi, Pere Aragonés, Miguel Ángel Revilla, Juan Manuel Moreno Bonilla y Juan Luis Steegmann, de infausta memoria. Estos están dispuestos a vender o entregar a su madre si viene al caso.
Pero en la medida que la OMS fuerce la máquina e imponga la bota malaya, la pantomima se pondrá en evidencia y sus lacayos quedarán desmerecidos, porque la resistencia ya es fuerte y sólida, tiene voluntad de acero y el huracán de ira e indignación se los llevará por delante. Así que tranquilos. Dejar que venga la OMS, es un tigre de papel mojado, que acabará en la escombrera.