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Carta del Editor: Farsa y pantomima democrática del sínodo satanista

Redacción




Enrique de Diego.

El fantasma Jorge Bergoglio ha disfrazado su sínodo satanista de un barniz democrático, lo ha revestido de un poco de mierda para que atufe más. Junto a cardenales modernistas y obispos modernistas ha llevado a unos puñados de laicos y laicas modernistas que además resultan ser funcionarios de la Iglesia oficial o de la clerigaya, y que nada tienen que ver con la comunión de los santos.

Esta caterva de inútiles, sin pajolera idea de teología, ni por supuesto fe, que desconocen que los Apóstoles murieron mártires dando, con su sangre, testimonio de la Verdad, es la que en el sínodo de la satanidad según el buen cardenal mexicano Juan Sandoval es «el caballo de Troya introducido en la Iglesia para destruirla».

El obispo auxiliar emérito de Coira (Suiza), Marian Elegani acusa al cojón del anticristo de «socavar la enseñanza de la Iglesia bajo pretexto democráticos». Este Elegani fue preterido en la sucesión de Monseñor Vitus Honder por un patético calvorota (le dedico un airado capítulo en «Bergoglio, el cojón del anticristo), heresiarca contumaz, descreído y sacrílego con la Eucaristía, Joseph Bonnemain, que para más incoherencia es miembro numerario del Opus Dei, al que, con evidente delito, le consienten sus tropelías el apocado prelado Fernando Ocáriz y el taimado vicesecretario y lameculos del infame Bergoglio, Mario Fazio. A Bonnemain le correría a gorrazos hasta no parar San Josemaría Escrivá de Balaguer y no pararía con el pánfilo Ocáriz y el tortuoso Fazio.

Por supuesto, en materia de fe y de moral no se cambia nada y si el patán de Bergoglio quiere dar un barniz democrático a su aquelarre debía haber consultado a los cristianos corrientes y no a cuatro meapilas a sueldo. La única diócesis que hizo algo fue la de Valladolid que organizó un aquelarre para concluir la etapa diocesana del sínodo de la satanidad y reunió a 60 si hacemos caso a la prensa local, tan acostumbrada a contar mentiras como se ha visto en la plandemia y que ahora cuando se mueren los taxistas lo hacen tras un desvanecimiento, porque en la foto sólo se veía a cuatro gatos. Así se ha montado la farsa deleznable democrática del sínodo de la satanidad. Vade retro, Bergoglio.

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