Enrique de Diego.
Corrían los tiempos más duros y sombríos de la plandemia -en los que se mataba e incoulaba el veneno de muerte mediante el miedo y la artera mentira de que se actuaba mediante la «ciencia» en una histeria colectiva- cuando con escasos medios llamábamos a la cordura, a la sensatez, y a no dejarse matar y enfermar, cuando era más férrea la censura en las redes sociales, y había que buscar eufemismos y palabras clave para burlar los algoritmos de los censores asesinos, que tenían a su servicio, bien pagados, a los verificadores de la mentira. En esa lucha desigual, y llena de alicientes porque se trataba de salvar vidas y a toda una sociedad, tenían en Twitter una jauría de separatistas sodomitas -todos con la bandera arcoiris de su orientacíon sexual desviada- que entraban a tumbarme en nombre de la «ciencia» y de pequeños anatemas sectarios. Eran como plaga de lasgostas que se cebaban durante días enteros, a veces una semana, diciendo las mismas banalidades estúpidas, Siempre me preguntaba que cojones tendría que ver el gusto por el culo del mismo sexo con las timo vacunas; qué mierda de amalgama había entre la timo vacunas asesinas y el separatismo catalán. ¿Por qué eran tan cutremente dogmáticos en favor de las genocidas farmacéuticas?
Este griterío corrió parejo a lo que hicieron las dos regiones gobernadas por nacionalistas, Cataluña y País Vasco, que fueron las más intransigentes en la mentira asesina, seguidos por el nacionalista vergonzante Alberto Núñez Feijoo. En Cataluña, los padres tuvieron que sacar a sus hijos de los colegios porque en otro caso los timo vacunaban sin preguntar ni atender a su libertad ni al Código de Núremberg. Cuando quisieron volver al colegio, el consejero de Sanidad pretendía exigirles la cartilla de timo vacunación completa. En Vascongadas, Iñigo Urkullu quiso imponer la timo vacunación obligatoria, y Arnaldo Otegia se hizo eco de la consigna globalista genocida: «¡Vacunar, vacunar, vacunar!» ¿Así defiende los separatistas a sus comunidades? ¡No, las atacan!
En cuanto al PSOE, Pedro Sánchez fue el encargado de montar la farsa de la plandemia en España, como el chico de los recados de los globalistas. Así que hay un mismo orden moral entre socialistas y separatistas, no sólo les gusta el hedor de los cadáveres y la mentira irrestricta, ambos son chusqueros de los planes globalistas. El nacionalismo ha mutado y levantaría hoy sarpullidos en Sabino Arana o Enric Prat de la Riba. No hacen de la necesidad, virtud al pactar, sino que su sometemiento a la agenda globalista 2030 es total: sodomitas, trans, multiculturales. Van director hacia el desastre. Son lacayos de las fuerzas oscuras y tenebrosas.