Enrique de Diego.
Infovaticana, que con tanto acierto y profesionalidad dirige el gran periodista Carlos Esteban, ha destacado en su edición del 6 de octubre de 2023, «Alarma en el Vaticano por los continuos vacíos». En las audiencias no hay, ni por asomo, el entusiasmo de antes; en los Angelus no se escuchan ¡vivas al Papa!, y cuando se celebra una gran ceremonia es patente el vacío e la Plaza de San Pedro. En dos eventos ha sido clamoroso los vacíos: la entronización de los 21 cardenales y la apertura del Sínodo.
La gente, el pueblo fiel, los cristianos corriente le están dado la espalda a Jorge Bergoglio, de manera abrumadora. Es el sensum fidei del que habla el arzobispo Carlo Maria Viganò, que puede dar la sorpresa -ya la están dando- ante este aquelarre modernista de la secta bergogliana. La soledad de Bergoglio se irá haciendo más patente pues el olfato católico de la buena gente ya ha percibido el pútrido hedor de satán en todas las mamarrachadas bergoglianas. La gente está con Cristo y percibe que el argentino está en contra; está con los globalistas, que, al decir de un sabio amigo, dotado de esa sabiduría que dan los Evangelios y la vida de oración, no sólo tratan de despoblar el planeta -o sea, matarnos- sino también quieren nuestra alma, o sea condenarnos. O como esta semana dice la Virgen María «el modernismo trata de quitarles la alegría de la oración y el encuentro con Cristo».
No sé cómo terminara Bergoglio, pero no me extrañaría que fuera linchado. En plena plandemia, Bergoglio, cuando se cumplía el mes del confinamiento planetario, el infame Bergoglio, el cojón del anticristo, tuvo la broma satánica de dar la bendición urbi et orbe con la Plaza de San Pedro vacía; escenificación máxima del terror padecido. Vaticino que Bergoglio, si antes no se lo lleva el diablo al infierno, porque ha cometido el pecado contra el Espíritu Santo, ese pecado que Dios no perdona, se va a ver así: sin fieles a su alrededor, más solo que la una.
Son ridículos y patéticos estos modernistas. Tratan de recorrer una senda ya seguida por la Iglesia anglicana con resultados nefastos de Iglesias vacías. Bergoglio le cae muy bien a los sodomitas con los que trata de congraciarse que tienden más al satanismo y no pisan una Iglesia ni muertos. El Sínodo nace así: muerto. El sensum fidei de los cristianos corrientes está dictando sentencia: Vade retro, Bergoglio.