Enrique de Diego.
He ahí la sonrisa bobalicona de Juan Roig, el hosco dueño de Mercadona, que ha echado por tierra la famosa fábula de Adam Smith en «La riqueza de las naciones», según la cual el carnicero nos sonríe porque quiere vendernos su mercancía. Pues Juan Roig porque quiere exterminarnos aliándose con la agenda 2030 o porque aspira a pertenecer a las élites satánicas que quieren controlar el mundo. y eliminar población.
Pensaba yo, imbuido de la nefasta ideología liberal, que la gente que tenía dinero podía ser más libre y buscar el bien de los demás, y que podía servir al bien común de los consumidores, pero estaba equivocado, y Juan Roig es la prueba. Todo el dinero que tiene lo usa no para defender a sus consumidores sino para manipularlos y buscar su ruina. ¡Ábrase visto actitud más ramplona, más fuera de lugar! O no se ha leído los Objetivos de Destrucción InSostenible o este chiquilicuatre se apunta a un bombardeo sobre sus consumidores, a los que les debe su riqueza.
Así que basta ya de bromas, que, como dice Colin Rivas, el calentamiento güeval lo tenemos ya muy subido. Boicot total a Juan Roig. Boicot total a Mercadona. ¡Hundid a Mercadona! Ni un céntimo de euro de los patriotas a este señor que no sabe por dónde le viene el aire. Boicot a Juan Roig por apoyar nuestro exterminio, por aliarse con los genocidas. Esto es una guerra y la vamos a ganar no cediendo a la estupidez.
¡Hundid, en lo más hondo, a Mercadona! Para que el carnicero nos vuelva a sonreír y no nos amenace con la mueca sombría del verdugo.