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España sufre un déficit de 20 unidades de ictus para dar cobertura a la incidencia de la enfermedad, según un experto

Redacción




En declaraciones a la COPE, el representante del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología, Jorge Rodríguez, ha asegurado que en España «se calcula que son necesarias al menos 20 unidades más de ictus (117 camas) para dar cobertura a la incidencia actual anual de la enfermedad», al tiempo que ha advertido que «actualmente no todas las provincias españolas disponen de estas unidades».

El representante del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología, Jorge Rodríguez, ha asegurado que en España «se calcula que son necesarias al menos 20 unidades más de ictus (117 camas) para dar cobertura a la incidencia actual anual de la enfermedad», al tiempo que ha advertido que «actualmente no todas las provincias españolas disponen de estas unidades

Durante la celebración de la IX Edición de Espacio Ictus titulada ‘La importancia del tiempo frente al ictus’, organizado por la Fundación Freno al Ictus, Rodríguez ha destacado que las unidades de ictus han demostrado ser esenciales, ya que reducen en un 30 por ciento la mortalidad y dependencia en comparación con la hospitalización convencional. «Es fundamental concienciar sobre la importancia de estas unidades como un tratamiento universalmente beneficioso para todos los pacientes con ictus», ha añadido.

El ictus, una afección cerebral grave, a menudo deja secuelas debilitantes e incluso discapacitantes en quienes lo padecen. Se estima que dos de cada tres supervivientes de ictus experimentan estas secuelas. A nivel global más de 100 millones de personas viven con estas consecuencias a largo plazo. Las secuelas no solo afectan a la salud y calidad de vida de los pacientes, además provocan un alto impacto en las familias y generan una carga económica significativa en los sistemas sociales y de atención médica.

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«Hoy, queremos enfatizar lo más crucial: la clave para un tratamiento efectivo en pacientes con ictus es la rapidez. Significa que cuanto antes el paciente reciba atención, mejor. Por lo tanto, ante cualquier sospecha, hay que llamar al 112 y activar el código ictus. Esto permite que el paciente sea elegible para recibir tratamiento», ha manifestado el neurorradiólogo intervencionista en el Hospital Clínico San Carlos y vocal de GeNI, Manuel Moreu, quién además ha señalado que el impacto de retrasarse en la atención es muy significativo.

Cuanto más tiempo pase desde el inicio de los síntomas hasta el tratamiento, mayores serán las posibilidades de que los sistemas de defensa del cerebro fallen. En otras palabras, «el retraso conlleva un mayor riesgo de tener un infarto cerebral más extenso y, en última instancia, reduce las posibilidades de un resultado clínico favorable».

Asimismo, los expertos han señalado que es esencial que los servicios de emergencias puedan actuar con rapidez ante cualquier síntoma de esta enfermedad, como lo son la asimetría facial, pérdida brusca de fuerza en brazo o pierna, o dificultad para hablar o entender. Llamando al 112, se activa el código ictus para llevar al paciente al hospital adecuado y recibir tratamiento.

«En 2022, en la Comunidad de Madrid activamos 2.500 códigos ictus, pero se estima que el número de ictus es mucho mayor, más de 10.000 ictus anuales en nuestra comunidad. Esto indica que actualmente solo llegamos al 25 por ciento de los casos, lo que destaca la necesidad de concienciar a la población sobre la importancia de llamar al 112 ante cualquier síntoma», ha explicado el responsable de la Comisión de Ictus del SUMMA 112, Nicolás Riera.

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Por su parte, el presidente de la Fundación Freno al ICTUS, Julio Agredano, ha puesto en relieve que «la diferencia crucial entre activar el código ictus y no hacerlo radica en la tasa de supervivencia y la reducción de secuelas. Más del 50 por ciento de quienes ingresan mediante el código ictus se recuperan sin secuelas graves, el principal problema es que la mayoría no llega a tiempo para activarlo. De los 120.000 afectados en España, solo unos pocos activan este protocolo. La clave está en llamar al 112 para iniciar la cadena de supervivencia y aprovechar todos los recursos disponibles que pueden marcar la diferencia en la mortalidad y la discapacidad».