Reproducimos la esplénida crónica de Cristina Martín para el digital de referencia Hispanidad.com:

La progre The Walt Disney Company se niega a abandonar la ruina que le está suponiendo insistir tanto en la ideología woke (el último invento del progresismo) y en la corrupción de menores (así, denomina el líder de Vox, Santiago Abascal, al adoctrinamiento de niños). Sin embargo, hundir el precio de su servicio de streaming, tras subidas, no la salvará.

La multinacional de ocio y entretenimiento ha lanzado una gran oferta en España y otros países a sólo 1,99 euros al mes para los que se suscriban al servicio de streaming Disney+ hasta el próximo 20 de septiembre. La decisión llega después de perder 11,7 millones de abonados entre abril y junio, y ante la elevada competencia en el sector del streaming. Recuerden que a Netflix, HBO, Disney+, Amazon, Walmart, Paramount, Warner Bros.Discovery… se ha sumado Telegram y las plataformas y canales que han puesto en marcha muchas telecos, grupos mediáticos y gigantes de Internet. Muchísimas películas y series, pero los espectadores son los mismos y no se pueden ni multiplicar ni tienen tanto tiempo para ver tantos contenidos (y no todos lo merecen).

Es una rebaja mínima y temporal para después dar paso a una nueva subida de precios. ¡Olé!

Pero ojo, aviso a navegantes: los que decidan sumarse a la oferta de 1,99 euros al mes deben tener en cuenta que esta no dura para siempre, sino sólo tres meses. ¿Y qué pasa después? Pues que en lugar de pagar los 8,99 euros que costaba su plan estándar, la suscripción se sumará de forma automática pero pasando a pagar el plan premium (11,99 euros al mes). O sea, que es una rebaja mínima y temporal para después dar paso a una nueva subida de precios. ¡Olé!

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La oferta de Disney llega también después de haber entrado en pérdidas en su tercer trimestre fiscal por un cargo relacionado con su reestructuración (retirada de contenidos en streaming y parte de las indemnizaciones de algunos de los 7.000 despidos. Asimismo, en el conjunto de los nueve primeros meses (octubre a junio) de su ejercicio fiscal, la factoría de Mickey Mouse ha reducido casi un 30% su beneficio, pese a crecientes ingresos (+8%). El CEO, Bob Iger, dio un buen diagnóstico, pero yerró en la solución porque los malos números no se arreglan mejorando la calidad de las películas, sino abandonando la ideología woke. Sin embargo, la multinacional progre no está por la labor, a pesar de que los despidos en las áreas de Diversidad de muchas de las grandes nuevas majors (Disney, Netflix y Warner Bros. Discovery) parecía reflejar que se hartaban del ridículo con la ideología de género… y de acumular fracasos y pérdidas, pero ha sido una ilusión temporal.

En el caso de la factoría de Mickey Mouse parece importar poco que su cotización acumule una depreciación del 28% en lo que va de año, porque se mantiene como fiel discípula de los postulados del Nuevo Orden Mundial (NOM) -sobre el que ya advierte el obispo Munilla-. Estos postulados se resumen principalmente en ideología de género (feminismo y homosexualismo, aunque también ha entrado en el tema trans y en personajes no binarios) y en ateísmo (mucho panteísmo, ocultación de Dios, negación de lo espiritual e incluso se atreve a normalizar el satanismo). Claro que Disney no sólo es discípula de los postulados NOM, sino también propagadora y lo hace a través de sus series y películas, contenidos que ya son poco inocentes teniendo en cuenta que muchos se dirigen a niños y que se han convertido en un medio de adoctrinamiento.

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Parece que el problema no son los precios sino los contenidos, señor Iger. Los contenidos y la explosión de plataformas y neuvos formatos audiovisuales que han multiplicado la oferta: las series se han convertido en mercancía cara de producir para un mercado con demasiada oferta. Y distinguirse por contenidos de la insensata ideología ambientalmente correcta, no ayuda al ebitda. Es decir, que afortunadamente, puede que la gente no tenga conciencia pero aún tiene estómago … y algo de cerebro.