Assumpta Sánchez.
Todos los días cojo mi bicicleta y voy por los magníficos carriles que Carlos González y su equipo, comandado por Patricia Macià, han trazado, mullidos, con pintura roja, y sin embargo hace ya más de dos semanas que en ellos se acumulan basuras y desperdicios, especialmente en los pasos subterráneos, donde ya los excrementos de los animales y las latas de los beodos nos impiden circular. Es todo un clamor. La gente se queja. Mercedes Alonso, que era una señora muy preocupada en cómo gestionar las basuras, olvidó hacer en el trazado de los carriles, un segundo paso de peatones externo como el primero que tan sabiamente ha trazado el reciente consistorio, y que hace muy difícil cruzar. Nosotros, los ciclistas y los peatones, preferimos al atardecer, por seguridad, no usar los subterráneos; eso hace que mucha gente desista de coger las bicicletas, por razones de inseguridad. A un alcalde, al fin y al cabo, no se le pide que sea un estadista, sino un gestor.