Enrique de Diego.
El PP de Alberto Núñez Feijoo ha ganado en Madrid un escaño más costa del PSOE en el voto CERA, con lo que el PP obtiene 137 escaños por 121 los socialistas, que con todo cosechan un escaño más que en las pasadas elecciones. Extraño cuando en las recientes municipales y autonómicas el PSOE sufrió un duro castigo,
Tiene importancia ese escaño porque obligará a Pedro Sánchez a negociar con Junts per Catalunya el voto afirmativo en la investidura, y no le será suficiente con la abstención. También es una incógnita a quién encargará el monarca formar gobierno, si al más votado -Alberto Núñez Feijoo- o al que reúna los votos necesarios para gobernar -previsiblemente, Pedro Sánchez-.
En un sistema proporcional gana quien concita voluntades para conformar mayoría absoluta y se gobierna cediendo ante el partido minoritario o las formaciones minoritarias, con lo que se da una perversión de la voluntad mayoritaria del cuerpo electoral. Es muy difícil en un sistema proporcional conseguir mayorías y tiene un alto precio. Por eso el sistema proporcional ha ido siendo abandonado por todos, menos por España y Holanda, siendo el sistema electoral español el más nefasto con mucho, por la confluencia de la Ley d´Hondt en el reparto más la circunscripción provincial, sin tope además de votos nacionales. Un sistema que conduce inexorablemente a la ingobernabilidad al tiempo que a la destrucción de la nación.
1- La Ley d’Hondt es un sistema de reparto por cocientes que favorece el bipatidismo; un bipartidismo corregido, en el que el tercer y cuarto partido tienden a desaparecer porque es mucho más rentable agrupar los votos en la primera formación del bloque de derechas y de izquierdas.
2.- Esto se consigue porque el reparto beneficia mucho al primer partido votado, algo al segundo y pasa a castigar notablemente al tercer partido y al cuarto, que tienden a desaparecer como ocurrió con el CDS y Ciudadanos.
3.- Hay una serie de circunscripciones en los que toca repartirse un mínimo de tres escaños. En esas provincias lo lógico sería que compitieran sólo las dos formaciones principales de cada bloque. Por ejemplo, que Vox no se presentara en provincias como Segovia o Ávila, porque ahí su voto es puramente testimonial y se pierde.
4.- A los separatistas les resulta muy rentable el sistema porque se concentran en unas pocas circunscripciones: tres en Vascongas y cuatro en Cataluña, donde si quedan primero o segundo obtienen la prima de la Ley d’Hondt y evitan su castigo.
5.- Es muy difícil obtener mayoría absoluta, y de esa forma los separatistas tienen la llave de la gobernabilidad: los votos necesarios para conformar la mayoría, que en este caso la tienen Junts, pero también Esquerra, PNV y Bildu.
Es, por tanto, el sistema electoral el epicentro del mal, estúpidos. Pero ningún partido ha planteado cambiar el sistema. Por ejemplo, en Grecia el partido más votado tiene una prima de 50 escaños, para obtener la mayoría absoluta. Lo raro es que cada una de las circunscripciones no haya generado su propio partido nacionalista, que es lo más rentable, fuera de fenómenos como Teruel existe o el Partido Regionalista de Cantabria.
El político engaña por sistema porque se presenta como un romántico idealista y habla de sus convicciones, pero funciona mediante expectativaas racionales, para mejorar su salario y su poder, el número de gente que depende de él. Por eso, Pedro Sánchez, con el disfrute del Fanton, el Súper Puma, Quintos de Mora, Coto de Doñana, está dispuesto a ceder cuanto sea y a sufrir humillaciones en la dignidad nacional, como negociar con prófugos de la Justicia. Reeditar el gobierno Frankestein tendrá un coste muy alto, pues Junts y los separatistas pedirán el referéndum de autodeterminación y la amnistía, ambas cuestiones no contempladas en la Constitución, pero para eso ya está Cándido Conde-Pumpido al frente del Tribunal Constitucional.
La opción de un pacto PP-PSOE contra los separatistas no se contempla porque Alberto Núñez Feijoo y Pedro Sánchez tendrían que sacrificarse.
Frente a estos criterios racionales, poco tienen que hacer los criterios emotivos de la torpeza del gallego diabolizando a su partido muleta Vox. O el resultado en el Senado donde sí que el PP consigue una holgada mayoría absoluta que sirve para poco porque el Senado no sirve para nada.
España no tiene remedio ni solución, va inexorablemente a ser un Estado fallido por un sistema electoral nefasto.