Enrique de Diego:
Los jóvenes que llevan una semana vandalizando Francia. hordas bárbaras que saquean e incendian, son hijos o nietos de iinmigrantes argelinos o marroquíes y subsaharianos llegados ilegalmente, igualmente musulmanes. Antes que toda esta chusma, llegaron los españoles, a Francia, Suiza y Alemania, que no han dado problemas de integración. La misma alcaldesa de París, Ana Hidalgo tiene esa procedencia. Los que conocen la problemática in situ dicen que la primera generación fue trabajadora y deseaba salir adelante, pero la segunda y tercera generación, con raras excepciones, no se siente francesa, sino que odia a Francia y a los franceses autóctonos practicando un racismo antiblanco lleno de odio y resentimiento.
El multiculturalismo, esa estupidez suicida que dice que varias culturas y varias etnias pueden vivir en el mismo territorio, ha sido un fracaso desde el inicio propiciado por los partidos de izquierda, que se habían quedado sin discurso tras la caída del Muro en 1989, y a su rebufo los partidos conservadores. En buena medida, se ha tratado de subvertir a sociedades cristianas, haciéndolas convivir con sociedades islámicas. Se pretendió crear un islam tolerante europeo pero esa es una quimera. Bélgica va camino de convertirse en la primera nación islámica. Mañana, en 2030 los originarios de naciones musulmanas serán mayoría. El partido del islam indica que el parlamento belga, islamizado, derogará todas las leyes belgas e impondrá la sharia. En Francia, el 74% de los franceses consideran que hay demasiados inmigrantes y Marine Le Pen ha preguntado: «¿qué habéis hecho con Francia?»-
Han hecho todos los desastres. Por de pronto, esas sociedades cerradas, enemigas, en conflicto, viven en muy lata medida de las ayudas sociales, de la educación pública y de la sanidad pública. Puede situarse como el principal culpables a George Soros y a su inspirador Karl R. Popper. Pero no sólo. Toda la izquierda se ha sumido el pensamiento delirante del multiculturalismo. Luego los medios de prostitución han generado ambientes de opresión asfixiantes señalando a la extrema derecha -normalmente, la derecha clásica- como el enemigo a batir, porque los partidos consrvadores se han amilanado y han seguido los dictados y anatemas multiculturales, hechos de muchos complejos de culpa y de abiertas contradicciones como que los sodomitas puede convivir abiertamente con los musulmanes.
Las consecuencias están ante los ojos de todo el mundo y no se resuelven como dice el mequetrefe Maricron con menos videojuegos, menos redes sociales y controlando internet. Eso es de primero de globalismo, que es lo que está fracasando porque nos ha llevado hasta ahí. La nacionalidad ha devenido en un piterreo automático. Cuando más tarde en tomarse medidas drásticas el final será peor, sin que sea descartable que concluya en un río de sangre.