Enrique de Diego.
El Holocausto tuvo una alto componente médico del que Joseph Mengele es el caso más conocido, pero 250 médicos SS (uno de cada 300 de los que ejercían en Alemania) intervnieron en los experimentos realizados a costa de los prisioneros de los campos.
Por ejemplo, el doctor Sigmund Racher realizó en Dachau pruebas con bajas temperaturas, mató a cantidad de personas y pidió que lo trasladasen a Auschwitz. «El campo mismo es tan amplio que el trabajo atraerá menos la atención. ¡Los sujetos aúllan mucho cuando les baja la temperatura!»
Las jóvenes polacas, llamadas «conejos», fueron infectadas con material de herida, de gangrena gaseosa para realizar pruebas con sulfonamidas. Se practicó la esterilización masiva de trabajadores esclavos utilizando rayos X. Otros proyectos incluyeron la infección de virus de hepatitis en Sahengaysen; de líquidos inflamatorios en el útero con fines de esterilización en Ravensbruck, un campo exclusivamente para mujeres; experimentos destinados a provocar flemones en los sacerdotes católicos de Dachau; inyecciones con vacunas contra el tifus en Bychenwald; trasplantes óseos experimentales e ingestión forzada de agua de mar por los gitanos.
El Holocaustto tuvo un precedente. El 1 de septiembre de 1939 Hitler envió una nota a Philp Bouhler, jefe de su cancillería, para ordenarle el exterminio de los insanos crónicos y los incurables. La tarea estuo a cargo de médiocs SS, que ya hemos visto que tenía plantillas nutridas de ellos. Mataron a unos 70.000 alemanes, pero no pudo ser mantenido totalmente en secreto y dos destacados eclesiásticos alemanes, el obispo Wurm y el obispo-conde Galen de Munster, protestaron; una llamada telefónica de Hitler suspendió el programa. Sin embargo, los «centros de eutanasia» no fueron clausurados.
Vemos como la participación de los médicos es fudamental y se empieza por la eutanasia, igual que ahora, donde la porfesión médica ha sido corrompida y adulterada por la práctica del asesinato de niños no nacidos y de ancianos y de enfermos mentales con la excusa de ‘que no sufran’. La legitimidad democrática ha llevado a los mismos fines que el hitlerismo quizás con aparente menor sadismo pero en mayores dimensiones; digo aparente porque prácticas como el asesinato masivo de ancianos intubándoles, lo que les quemaba los pulmones, recuerdan demasiado las cámaras de gas.
Ahora los médicos SS han sido casi todos, menos los agrupados en torno a Médicos por la Verdad, que han sido perseguidos por los brutales genocidas Colegios de Médicos, quitámdoles, en algunos casos, la licencia para ejercer. Los médicos SS seguían órdenes, y se escudaban en ello, ahora se llaman protocolos. Y se incentiva el asesinato, así la Unión Eurooea daba subvenciones por diagnóstico y hospitalización, por estancia en UCI y por número de muertes.
No se ha practicado un terrible experimento médico, que ha salido mal, con efectos adversos, sino un genocidio planificado por todos los gobiernos, casi sin excepción, con la participación en masa de los médicos y casi todo el personal de enfermería, y con los aparatos de propaganda de las furcias mediáticas. Han ido a por las embarzadas y a por los niños. Sólo la mala producción y la mala cnservación de las timo vacunas ha salvado vidas, la que no salvan estos carniceros con licencia para matar dedicados a expender farmacos químicos. Cuestión para la que están corrompidos hasta los tuétanos. Un total de 12.333 profesionales e instituciones médicas han obtenido hasta 15.693.773,85€ sólo en España, sólo durante el año 2020, y sólo de la compañía Pfizer.
Debems y cocluímos que hemos asistido y asistimos al mayor genicidio del devenir humano, puestos en práctica por todas las instituciones, corrompidas moralmente; ante el cual el Holocausto palidece. La función del zyclon-x la cumplen las timo vacunas.