Enrique de Diego.
Tú padre, que está ya con un pie en el estribo, a punto de ir a dar cuentas a Dios de su paupérrima vida de sociópata, te ha puesto al cargo de su fortuna, amasada del modo más amoral como sucede en la gran Babilonia apocalíptica en que vivimos, desde que actuaba de delator en Budapest entregando a sus compañeros de raza a las SS y la Gestapo, que se necesita ser degenerado y depravado, pero tu asqueroso padre, George Soros, no siente ningún remordimiento porque carece de conciencia y de escrúpulos morales, y si no lo hacía él -declaró, con una frialdad pavorosa que produce escalofríos- lo haría otro.
Tu padre, George Soros, el ser más odiado del mundo mundial, que cuando vaya a dar cuentas a Dios, ojalá sea pronto, se va a ir con el regocijo de todos los seres humanos dignos, que somos legión, ya digo, te ha dejado a cargo de su fortuna, 25.000 millones de dólares, y ponen en tu boca la frase de que «soy cien veces peor que mi padre”. La cita debe ser apócrifa y el entrecomillado abusivo porque peor que tu putrido y asqueroso padre es imposible y porque tendéis a confundir el mal con el bien, y ya dijo Santo Tomás de Aquino, que todo el mundo busca el bien tal y como lo entiende, y vosotros, tu padre, el a punto de fallecer George Soros, y tú, tan poquita cosa, tan endeble, lo entendéis con el culo, que a ti te va la marcha de la acera de enfrente, y eres de los que tomas, y te gusta llevar faldas y ser sumiso, enclenque.
Así que no te hagas el duro, ni el machote, que no te va, por muy amigo que seas de Perico Sánchez y por muy cogido por los huevos que tengas a Feijolito, o a la ponzoña de Justin Trudeau, o a la escoria de Jacinta Arden o la cocainómana de virtud fragilísima Sanna Martin. Mira, te auguro muy mal futuro, te la vas a pegar, tus chicos van cayendo uno tras otro, o están en le descrédito, como Feijolito, que va nacer muerto, ahicharrado. Los canallas tienen peligroo cuando no se les conoce porque no se dan a conocer y tú, y tus peleles, estáis más vistos que el tebeo, así que la otra frase que ponen en tu boca, que prometes «erradicar a los negacionistas de la red», es, en último término, una bravuconada o un completo despropósito, pues eso que tú, mequetrefe, mentecato, que tienes menos fuerza que el pedo de un mosquito, llamas ‘negacionistas’ ya son la inmensa mayoría en la red y ten cuidado, que no se dejan comprar por dinero.
Puedo prometer y prometo que te voy a erradicar de la red, escoria.