Enrique de Diego.
Dice el gran economista Joseph Schumpeter que el capitalismo se destruiría debido a su propio éxito a manos de egresados de las universidades de ciencias sociales, que por de pronto no son ciencias ni nada que se le parezca, que frustrados en sus expectativas se dedicarían a difundir las teorías más absurdas, pues estarían desocupados. Schumpeter no tenía delante a la caterva y la escoria de Podemos, pero les cuadra el diagnóstico.
Podemos no surgió del 15 M sino el 15 M surgió de Izquierda Unida y de la degenerada Facultad de Políticas, mediante la financiación de Hugo Chávez y de George Soros. Ahora que las campanas tocan muerto se han desatado los conflictos soterrados. Yolanda Díaz, que ha cuidado su imagen y a hecho una más que aceptable gestión, abogada laboralista, que sabía lo que traía entre manos, pide las cabezas de Irene Montero e Ione Bellarra y Pablo Echenique, los que considera que restan más que suman, que la gente esta harta de sus patochadas, de la legalización de la zoofilia en la ley del bienestar animal, de que se ponga un año y ocho meses por matar una rata, que se cometa la infinita torpeza de hacer una ley que beneficia a los violadores, o que Irene Montero abandere dar carta de naturaleza a la pedofilia. Por el otro, conviene precisar que Mónica García, una arpía, e Iñigo Errejón, un tostón, han llevado su estupidez hasta el punto de proponer en el programa electoral de Más Madrid confinar a los ciudadanos en las ciudades-cárceles de 15 minutos.
En realidad, estas guerras cainitas se producen cuando las formaciones bajan de expectativas y la gente ve peligrar la poltrona. Y de eso nada más se trata, del sueldo público.
Tenemos profsores de Políticas como Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero e Iñigo Errejón, egresadas de Psicología como Irene Montero e Ione Belarra, y de Sociología como Rita Maestre, diciendo las mismas estupideces que en una asamblea universitaria, las mismas marrachadas, que no sirven para encontrar una salida en el mercado, salvo diciendo tonterías destructivas para mnaipular a la gente, pero por poco tiempo. De Irene Montero sabemos que fue un corto tiempo cajera, lo único digno que ha hecho en la vida, aunque no lo más provechoso, y de Rita Maestre que trabajó un corto periodo de tiempo haciendo encuestas de calle. Esta gente mata por mantener su status. Nadie necesita un sociólogo de urgencias o un politólogo o un psicólogo, y estos se dedican a hacer inromes delirantes y destructivos en los juzgados.
Pablo Iglesias inició una campaña electoral en un pueblo de Zamora, del que es originario, para congraciarse con el voto del mundo rural, al que desconoce y ataca. Ione Belarra quería hacer una ley sobre la okupación no para perseguirla y erradicarla, sino para promoverla y hacer escarnio de los que la combaten.
Tenía razón Schumpeter, con esta escoria liándola, teniendo que mantenerlos al tiempo que dan el pestiño, no se puede, hay que cerrar ya, pero ya, inmediatamente, las facultades de ciencias sociales para no lanzar a tanto frustrado que no sirve para nada.