Joseph Lord y Roman Balmakov.
El candidato presidencial Robert F. Kennedy Jr. dice que apoya la Segunda Enmienda y que no llevaría a cabo un programa de confiscación de armas si fuera elegido.
Cuando The Epoch Times le preguntó sobre su postura sobre los derechos de armas, Kennedy, sobrino del presidente John F. Kennedy, respondió: “Apoyo la Constitución que incluye la Segunda enmienda”.
“No le voy a quitar las armas a nadie”, dijo. “Creo que en este punto de la historia todo lo que haría eso sería aumentar esta polarización tóxica”.
Kennedy dijo que creció en áreas rurales y, por lo tanto, comprende cuán “integradas” están las armas de fuego en la cultura de esas personas.
“Es existencial para aquellas personas que viven en esas áreas”, dijo Kennedy, citando la autosuficiencia requerida para vivir lejos de los centros urbanos.
“Y es parte de nuestra Constitución, la Segunda Enmienda tal y como la ha interpretado el Tribunal Supremo”.
El actual Tribunal Supremo ha virado hacia la defensa de los derechos de portación de armas, anulando estatutos a nivel estatal en varios casos en los que dijo que estos estatutos pisoteaban los derechos constitucionales.
Kennedy dijo que “necesitamos poner fin a los asesinatos en masa”, pero sugirió que la confiscación de armas o las limitaciones a los derechos de posesión de armas no son la forma de lograr este objetivo.
Vinculo farmacéutico
Kennedy ha criticado durante mucho tiempo las formas en que los productos farmacéuticos han dañado la salud física y mental, particularmente entre la generación más nueva, y sugirió que los productos farmacéuticos psicoactivos pueden explicar el aumento de los tiroteos masivos, que con mayor frecuencia son perpetrados por hombres menores de 40 años.
“Esta es la generación de niños más enferma que jamás hayamos producido”, dijo, citando un aumento masivo de cánceres, trastornos autoinmunes, TOC, TDAH y otros problemas fisiológicos y neurológicos.
Cuando discutió el tema de los tiroteos masivos, Kennedy dijo: “Necesitamos analizar el papel de los medicamentos psiquiátricos, en particular de los ISRS [antidepresivos] y las benzos [medicamentos del tipo de las benzodiazepinas]”. Sin embargo, dijo que la investigación sobre este asunto ha sido obstaculizada por los Institutos Nacionales de Salud.
“Todos esos fármacos llevan en sus insertos: ‘Puede inducir comportamientos suicidas y homicidas’”, señaló Kennedy. La ideación suicida o los intentos de suicidio se citan como uno de los efectos secundarios más comunes de los antidepresivos y otros medicamentos psicoactivos.
Sugirió que esto serviría para explicar las disparidades en las tasas de violencia armada entre Estados Unidos y Suiza.
“Suiza tiene más armas per cápita que Estados Unidos”, señaló. “Y Suiza no ha tenido un tiroteo masivo en 21 años, [nosotros] tenemos uno cada 21 horas”.
“Algo está sucediendo en nuestro país, algo que nunca antes había sucedido en la historia”, dijo Kennedy. “Nunca ha habido un momento en la historia en el que las personas entren en una habitación con niños o extraños y comiencen a dispararle a la gente, ni en nuestro país, donde hemos tenido armas desde el principio, ni en ningún otro país del mundo. Algo ha pasado aquí”.
“No creo que sea una coincidencia que los estadounidenses tomen tres veces más medicamentos que otros países” y que también tengan los problemas de armas más importantes, opinó Kennedy.
“Tenemos la población más enferma del mundo. Y creo que muchos de los problemas psiquiátricos que estamos viendo provienen de la desesperación, provienen de la alienación. Y se agravan con esas drogas”.