Borja Arias Montero.
“Me he preguntado muchas veces dónde está la fuente de esta pasión por la libertad política que en todos los tiempos ha movido a los hombres a hacer las cosas más grandes que la humanidad haya realizado jamás; en qué sentimientos arraiga y se alimenta”.
Alexis de Tocqueville, El antiguo régimen y la Revolución (1856), libro III, cap. 3
Rescatado estas palabras del escritor francés, que vivió una época de revoluciones liberales durante el siglo XIX y analizó cómo debe romperse con un sistema sometedor para no alcanzar soluciones reformistas parciales, pretende dar respuesta. Esto es el hecho de que en procesos que buscan cambiar la situación vigente a una mejor los contemporáneos son conscientes de un incipiente sentimiento revolucionario que despierta siempre la sociedad cuando ya no puede más. Durante estos meses he notado un clima revolucionario que se va extendiendo a los españoles, transcendiendo a las ideologías políticas de las que sea partidario cada uno y que cada vez es mas fuerte. Es un sentimiento que ha invadido ahora a muchas personas que van a recurrir a la abstención activa reivindicativa el día 28.
Es un hecho objetivo que España tiene un sistema político partitocrático que perpetua en el poder a la clase política, que dentro de los diferentes gobiernos que forman nunca se va a deber al ciudadano, si no al partido político al que pertenece porque así lo marca la ley. Cada cuatro años, los diferentes partidos buscan que les votemos y que legitimemos las elecciones con una altísima participación; para eso todos hacen campaña. Todo ello para que luego no cumplan lo prometido, pero ¿por qué pueden hacer eso?
A diferencia de países como Inglaterra, en nuestro país vemos hechos tan antidemocráticos como que a nivel nacional los diputados son puestos en una lista hecha por el líder del partido, al que le deben obediencia ciega para no ser despedidos. Y sí, es el partido el que decide la expulsión, no los respectivos votantes, y eso se debe a que no existe el derecho de revocación (despedir al que no cumpla y no represente los intereses de quienes le han votado).Esto se repite a nivel nacional-diputados del Congreso -, a nivel regional-con los diputados de las asambleas – y a nivel municipal -con los concejales, que no son independientes ni de distrito -.
A esto hay que añadir que el poder legislativo, el que hace las leyes, está controlado por el ejecutivo, los que gobiernan, que a su vez controlan un poder jerárquico como el judicial al fiscal general y al Consejo General del Poder Judicial, cuyos miembros se reparten como cromos. Por todo ello actualmente es literalmente imposible votar. Como amante de la verdad solo puedo decir que #Yonovoto sin democracia, el sistema que dicen que tenemos desde 1978 cuando en realidad vivimos una gran mentira, y eso es un hecho objetivo que deberían aceptar desde liberales a socialistas. Hoy en día se ha vuelto a recargar la fuente que daba energía a los revolucionarios que habla Tocqueville, y es un hecho que cada vez más personas se niegan a participar de un sistema que permite el abuso de la clase política.
Hace poco pudimos ver en la localidad de Benizar (Murcia) cómo se incrementó la llama que ya había sido encendida en el mismo pueblo cuando decidieron no participar en las elecciones para revindicar el abandono de la clase política que les había dejado sin algo esencial como lo es una carretera digna. Allí, unas 1000 personas que por ahora han abandonado sus ideologías para unirse a una causa mayor como lo es la búsqueda de la libertad política en forma de democracia formal. Mientras concurría la manifestación planteado los vecinos de la localidad aplaudían emocionados de hecho a las personas que desde todos los puntos de España acudieron allí respondiendo a la llamada de la libertad. Como hizo el pueblo murciano, todos los españoles que no estamos de acuerdo con las reglas de juego que permiten a todos los partidos políticos actuar con arbitraria, debemos de abstenernos de aceptar esas reglas de juego. Como afirma el repúblico Héctor Martin-y para responder a quienes comentan que quien vota no tiene derecho a quejarse- “cualquier persona tiene todo el derecho a abstenerse si quiere, exactamente el mismo derecho que tiene a emitir el voto[…] y el ejercicio de la abstención en libertad es una opción política más”.
Hoy es un deber romper con el sistema y reclamar lo que nos pertenece por naturaleza, que la soberanía resida en el pueblo, y debemos hacerlo conscientes de que con paciencia debemos ir dando pequeños pasos que nos lleven a ganar una masa humana suficiente para forzar una transición bien hecha que acabe con democracia formal que asegure en definitiva la libertad. El régimen de poder vigente intentó silenciar la voz de uno de los primeros hombres que alzó la voz -porque lo vivió- de que en la transición se pactó traicionar al pueblo, Antonio García Trevijano (investíguese sin prejuicios), pero fue incapaz de silenciar sus gritos de libertad. Actualmente su espíritu lo hemos heredado miles de personas que en las próximas elecciones vamos a ejercer la #AbstenciónActiva.