Enrique de Diego.
Josefina Fraile lleva una lucha pionera contra las fumigaciones asesinas, rodeada de una auténtica conjura de silencio. Estas fumigaciones, a tener de Josefina, una autétntica ecologista, constituyen un crimen de Estado, terrorismo biológico de la peos especie, que no puede ni debe quedar impune:
- Antes que nada, darle las gracias por su tenaz lucha en favor de la naturaleza y de la Humanidad. ¿Cuántos años lleva denunciando las fumigaciones? ¿Cuánta cnjura de silencio ha tenido que soportar?
Oficialmente la plataforma cívica Guardacielos y la Asociación Terra SOS-tenible lleva denunciando las fumigaciones 10 años sin pausa. Y sí, el silencio cómplice daña más que los tóxicos porque es ese silencio el que permite que sigan fumigándonos como a cucarachas.
- ¿Que lanzan al aire esos aviones fumigadores?
Los elementos utilizados para fumigar nuestros cielos son, entre otros, las cenizas volantes de carbón, residuos de las centrales térmicas, que tienen 46 elementos tóxicos entre los cuales cuatro radiactivos. Uno de los elementos más dañinos es el aluminio químicamente móvil porque penetra en nuestro cuerpo a través de la humedad de nuestros poros. Ese elemento genera por si mismo todo tiempo de enfermedades neurodegenerativas.
- ¿Qué consecuencias tienen en la flora, en la fauna y qué daño hacen a los humanos?
Los elementos tóxicos que contienen las fumigaciones destruyen la biosfera, en la que va incluido el ser humano. Cada día desaparecen cientos de miles de los insectos, pájaros, etc. Lo vemos claramente en el parabrisas del coche en el que ya no se aprecian insectos muertos. Las enfermedades más acuciantes para el ser humano son las alergias respiratorias, enfermedades EPOC, cáncer de pulmón, enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el Parkinson, el autismo, etc.
La flora se ve totalmente afectada por un gran invasión de hongos y líquenes, con afinidad por los metales pesados, que termina ahogando a los árboles llevando a su desaparición.
Jsefina Fraile: Así destruyen los árboles con las malditas fumigaciones asesinas